La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) ha hecho público un documento donde propone la dispensación de medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) en todas las farmacias. La propuesta consiste en una compra compartida, donde el hospital adquiere el medicamento al mejor precio mientras la distribución y las oficinas de farmacia “pagarían y obtendrían el margen legal, hasta un determinado precio”. Con esta medida disminuiría el coste en los presupuestos de los hospitales en unos 570 millones de euros. Además, aseguran, no requiere de cambios legales para su implementación, aunque necesitaría de la aprobación por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) y la implantación de un sistema de seguimiento digital.

Esta propuesta de la patronal se basa en tres factores. Se consigue poner el medicamento a mayor disposición de los pacientes, disminuye el coste en los presupuestos de los hospitales y “acaba con una práctica que, si no es ilegal, se le parece, porque las farmacias de hospital no están para eso”, manifiestan. Expender estos tratamientos “en las farmacias de hospital, con un criterio exclusivamente económico, está teniendo consecuencias muy negativas para los pacientes“, sostienen desde la patronal, que, sin pagar aportación, “deben desplazarse de forma innecesaria cuando están en situación de vulnerabilidad o a costa de sus horarios de trabajo”. Circunstancia que definen como “copago en la sombra”.

La patronal argumenta que el crecimiento del mercado de medicamentos hospitalarios no se debe solo al consumo de los pacientes hospitalizados, sino también aquellos pacientes externos, donde el PVL del gasto de medicamentos en hospitales ha superado al de recetas desde 2018. Desde FEFE afirman que el precio de adquisición de estos medicamentos “ha condicionado, por una visión exclusivamente económica, un crecimiento anormal de este tipo de medicamentos que legalmente podrían, y deberían, dispensarse en todas las oficinas de farmacia”. El mercado de recetas tiene un precio medio de 11,15 euros, 12,48 euros a PVP y 7 euros a PVL. El mercado hospitalario tiene un precio medio de adquisición de 114,8 euros a PVL.

Fuente: Observatorio del Medicamento de FEFE
Fuente: Observatorio del Medicamento de FEFE

Detalles de la propuesta

FEFE propone llegar a un acuerdo de compra compartida entre distribución y farmacias. En concreto, ambos actores pagarían 91,63 euros de cada medicamento prescrito al laboratorio y lo facturarían a 143,05 euros en la facturación mensual de recetas. El paciente elige la oficina de farmacia donde quiera recoger su tratamiento, sin tener que abonar una aportación adicional. El seguimiento del proceso por el hospital, la Consejería y el Colegio se realizaría con un sistema informatizado de vales, similar al que se utiliza en estupefacientes. Por su parte la farmacia de hospital licita la compra de medicamentos con precio superior a 91,63 euros PVL (143,05 PVP) que se vayan a dispensar a pacientes externos y sufraga la cuantía que exceda a esa cifra al precio que acuerde con el laboratorio.

FEFE explica que, por ahora, se desconoce el número de medicamentos de precio superior a 143,05 euros entregados en las farmacias de hospital. Para estimar el ahorro, la patronal calcula que el número de recetas dispensadas en hospitales es similar a la dispensación en oficina de farmacia, es decir, cerca de seis millones. Con esta hipótesis el coste total a PVL es de 1.078,3 millones de euros con un coste medio de 179,7 euros.

Por tanto, estiman un ahorro en el presupuesto de los hospitales en unos 570 millones de euros. Un dato que surge del coste medio 179,7 menos los 91,63 euros sufragados por farmacia y distribución multiplicado por los 6 millones de recetas (unos 528,5 millones), ello sumado al ahorro en infraestructura y personal que estiman en otros 40 millones de euros, por menores necesidades de personal y medios. A pesar de ello, el coste total anual para la Administración se incrementaría en unos 230 millones de euros, debido a los márgenes legales de distribución y farmacia. “Este mayor coste se compensa con una mayor satisfacción de los ciudadanos, que ahorrarían en medios de transporte y pérdida de horas laborales, también como ventaja para el mantenimiento de las farmacias rurales”, señalan desde FEFE.

Origen del desencuentro

La dispensación de medicamentos de ámbito hospitalario en los hospitales —tanto aquellos medicamentos de diagnóstico hospitalario sin cupón precinto (DHSC) como aquellos medicamentos actualmente clasificados como Hospitalarios (H)— puedan reclasificarse es un debate que lleva cerca de 15 años en sin que hasta el momento se haya encontrado una solución satisfactoria para las partes implicadas. La propuesta de FEFE abre de nuevo el debate en torno cuál es el canal idóneo para su dispensación.

Desde hace unos años, especialmente entre 2008 y 2010, varias administraciones sanitarias autonómicas dictaron una serie de normativas por las que determinados medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) dejaron de dispensarse en farmacia comunitaria. Comenzaron, de esta manera, un camino de no retorno hacia los hospitales, que consiguieron la exclusividad de muchos tratamientos. Esta circunstancia ha sido un proceso paulatino que ha despertado reticencias entre los organismos representantes de la farmacia comunitaria.

La Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) ha mostrado discrepancias a calor de esta cuestión argumentando que el cambio de ámbito de dispensación podría obedecer más “a razones económicas, dado el elevado coste de muchos de estos medicamentos y el margen de negociación de los SFH, que a razones de control y seguridad de los tratamientos”. Un razonamiento compartido por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), que ya propuso en su día la vuelta de la dispensación en farmacias de unos medicamentos DH que se entregan a pacientes externos por criterios económicos en lugar de en base al control clínico. En esa misma línea, la organización colegial también pide reforzar el modelo colaborativo de dispensación de DH en farmacias para pacientes externos, puesto en marcha con los SFH en varias Comunidades Autónomas durante el Estado de Alarma y que, a día de hoy, se mantiene en cinco de ellas.

En 2012 la Administración central publica una resolución con una relación de medicamentos de DH que pasaron a dispensarse en SFH clasificándolos como medicamentos de diagnóstico hospitalario sin cupón precinto (DHSC). Desde Sefac han publicado documentos que analizan esta cuestión y donde exponen que existen diferencias entre comunidades autónomas que tienen normativas propias y las que no. “Esta resolución no acabó con las desigualdades existentes entre CC. AA, ya que las normativas autonómicas siguieron vigentes”, afirman. Posteriormente los DHSC han continuado ampliándose, aumentado los medicamentos de DH que se dispensan en los SFH (vacunas, fármacos antihepatitis C, inmunosupresores para artritis y psoriasis, hipolipemiantes, etc.)

Fuente: Sefac

Sefac siempre ha expresado que su intención de que aquellos medicamentos que el paciente pueda utilizar a nivel sociosanitario, sean prescritos en el ámbito de la atención especializada o de la atención primaria (AP), deberían ser dispensados desde la farmacia comunitaria. Lo contrario, a criterio de Sefac, “obedece a intereses corporativistas y/o mercantilistas que nada tienen que ver con la mejora atención sanitaria al paciente ni la eficiencia del sistema”. Los medicamentos DH, han justificado desde la Sociedad en otras ocasiones, son aquellos que según ley deben ser diagnosticados en hospitales, “pero su administración y seguimiento puede realizarse fuera de los mismos”.

La propuesta de FEFE ha abierto de nuevo la veda sobre esta cuestión y desde Sefac trasladan que en 2012 propusieron un proyecto colaborativo, similar al que propone ahora la patronal, donde la administración sanitaria adquiriese estos medicamentos, para beneficiarse de los descuentos por la compra conjunta que le permitiría hacer más sostenible la prestación farmacéutica, la distribución farmacéutica se encargaría de la parte logística, y la farmacia hospitalaria y comunitaria participaran en un programa de dispensación y seguimiento farmacoterapéutico compartido que reforzara la adherencia, la efectividad, la seguridad y el buen uso de estos fármacos a fin de mejorar los resultados en salud. La retribución a la farmacia comunitaria se realizaría por un pago por acto de dispensación a conveniar entre COF y la Consejería de sanidad correspondiente.

“Lamentablemente esta propuesta sigue siendo tan actual como entonces ya que ha habido pocas iniciativas en este sentido, y sin embargo ha aumentado significativamente la cantidad de medicamentos que se dispensa en los hospitales por motivos puramente económicos”, explican. Una situación que va en perjuicio “para muchos pacientes que tienen que acudir al hospital para acceder a estos medicamentos”.

Por su parte, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha defendido que la DH en los SFH presenta mayores ventajas clínicas —como el nivel de adherencia o una atención especializada por el contacto con el resto del equipo asistencial y el acceso a la historia clínica— y económicas —ahorro al SNS de 500 millones de euros—. Justifican su responsabilidad al amparo del Real Decreto legislativo 1/2015, donde se recoge que la dispensación de medicamentos de uso humano que exijan una particular vigilancia, supervisión y control según la calificación otorgada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) corresponde a los SFH. Aunque en este punto también ha habido discrepancias, ya que desde la farmacia comunitaria se ha sostenido que muchas presentaciones no requerían de ese especial control.

En los últimos años desde la SEFH han defendido que en este tema no sólo hay que fijarse en argumentos como la cercanía, sino en el coste-oportunidad que ofrece su presencia y dispensación en la FH. El quid de la cuestión es si los criterios economicistas se imponen a los clínicos. Desde los organismos que representan a la farmacia comunitaria estiman que priman los primeros, mientras que desde la SEFH aprecian un mayor beneficio al paciente con la dispensación de medicamentos de DH en el entorno hospitalario y que su regreso a las farmacias respondería a interés comerciales más que clínicos o asistenciales. Así lo sostenían en la publicación en 2017 del dossier ‘El valor de la Farmacia Hospitalaria’, una afirmación que fue matizada posteriormente frente a las críticas recibidas.

Una de las razones que esgrimen en la patronal es que la mejora de la accesibilidad debido a la dispensación de medicamentos de DH en las boticas favorecería especialmente al entorno rural. La Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar) por su parte reclama, más que la entrega del medicamento, mecanismos integrales para realizar “una atención farmacéutica colaborativa que incluye establecer objetivos conjuntos y comunicación con los farmacéuticos hospitalarios y pacientes”, expresa Jaime Espolita, presidente de Sefar. Es evidente, señala, que el paciente tendría más accesibilidad en zonas donde su centro hospitalario está a decenas de kilómetros, “pero la dispensación va más allá de la entrega, que puede hacerlo una empresa logística”. Espolita considera que el futuro no pasa por un margen sobre el precio de los medicamentos, sino por el pago por servicios. “A mí me lleva el mismo trabajo dispensar medicamentos que valen 12 mil o 500 euros, yo lo que quiero es que me paguen por paciente”. Su propuesta pasa por tener un contacto directo con los SFH, establecer objetivos conjuntos y actuar frente a problemas de medicación. “Está bien mejorar el acceso al paciente y que vaya a través de la distribución, pero es muy difícil tratar al paciente si no hay comunicación entre distintos niveles asistenciales”, razona.

Cada actor ha presentado sus credenciales en los últimos años respecto a la triada de argumentos —desde el punto de vista asistencial, legal y económico—. Aunque, pese a las dificultades, existen ejemplos de colaboración donde las posturas encontradas quedan a un lado. Una de las iniciativas que han llevado a cabo entre la SEFH, Sefac y Sefar es Telémaco, un proyecto de seguimiento colaborativo de los pacientes en tratamientos con estos medicamentos apoyado en las nuevas tecnologías, que “permite una mejora sustancial en la atención clínica”, sostienen desde Sefac. Además, consideran que es en “este marco de colaboración multidisciplinar donde deben encaminarse las propuestas de mejora de la atención al paciente no hospitalizado en tratamiento con medicamentos de uso y diagnóstico hospitalario”. Una opinión que comparte Jaime Espolita, que destaca que el objetivo es ir más allá de la entrega, para que el seguimiento del paciente se realice junto al farmacéutico hospitalario. “Se hace lo mismo que en el hospital, pero facilitando la vida al paciente. La logística sin valor añadido no tiene futuro, hay que meter en la ecuación la atención farmacéutica colaborativa y la comunicación constante entre profesionales”, concluye el presidente de Sefar.