El Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer establece un nuevo enfoque de la Unión Europea para la prevención, tratamiento y cuidado de esta enfermedad. Esta iniciativa se ha convertido en un pilar clave de la Unión Europea de la Salud, que tiene como objetivo combatir una patología que causa 1,3 millones muertes en Europa cada año.

Gracias a este Plan, los Estados miembro pueden desarrollar acciones concretas en cada país para aumentar la prevención, la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer.

Un año después de su puesta en marcha, la jornada ‘European Beating Cancer Plan. Implementación en los Estados miembro’, celebrada en el Parlamento Europeo y organizada por la Fundación ECO y el PPE, sirvió como punto de encuentro para la reflexión y discusión sobre esta emergencia sanitaria europea.

El encuentro giró en torno al Plan europeo, donde los pacientes son el eje central y en el que se incluye un enfoque social, económico y psicológico. Un plan que, según destacaron los participantes, debe abordar con urgencia las inequidades en cáncer. Asimismo, recalcaron los tres pilares para la oncología: prevención, optimización del tratamiento y mejora de la calidad de vida. Algo a lo que todos los pacientes europeos, sin importar dónde vivan, deberían tener acceso. Aquí, el desarrollo de indicadores a partir de estándares en la práctica clínica es clave para asegurar la equidad y reducir la variabilidad en el abordaje oncológico. Asimismo, es importante integrar el diagnóstico molecular para obtener resultados de calidad. Y es que, según los expertos, se necesita promover la excelencia a través de la certificación.

Un año del Plan Europeo contra el Cáncer

Cuando las instituciones europeas crearon la Unión Europea de la Salud, lo hicieron bajo la necesidad de liderar, coordinar y armonizar las políticas sanitarias de los 27 Estados miembro. Y todo ello, para ofrecer lo mejor a los pacientes. “Sin ellos no podríamos legislar; siempre están en el centro de nuestras políticas”, apuntó Dolors Montserrat, eurodiputada del Partido Popular Europeo (PPE), durante la jornada. Un compromiso se ha materializado en materia oncológica a través del Plan Europeo contra el Cáncer, que cumple un año desde su aprobación y exige un alto nivel de cooperación.

“Este plan supone más recursos, nuevos instrumentos y una voluntad renovada de luchar contra el cáncer en todos los rincones del mundo, sin brechas”, indicó Montserrat. Y es que, según la eurodiputada, se trata de un plan que, por primera vez, introduce el enfoque social, económico y psicológico de los pacientes y las familias, y no solo la perspectiva de la prevención, diagnóstico precoz, mejores tratamientos y mejor acceso. Asimismo, está enfocado en apoyar a los supervivientes, de ahí que se haya hecho tanto hincapié en el derecho al olvido.

Precisamente, Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación ECO, consideró que el Plan europeo debe ser la “hoja de ruta que permita buscar la mejor atención para el paciente oncológico, en cualquier rincón de la UE”. “Hay que discutir sobre dónde estamos, pero, sobre todo, dónde queremos llegar”, apuntó.

Jesús García-Foncillas, Margarita de la Pisa, Dolors Montserrat, Bartosz Arlukowicz y Nicolás González.

Es en el acceso a los tratamientos donde los expertos coinciden en que se debe hacer especial hincapié. “La desigualdad no empieza cuando empieza el cáncer, sino en la prevención y los estilos de vida de las personas”, expuso el eurodiputado de S&D, Nicolás González Casares, quien manifestó que la desigualdad es uno de los “problemas estructurales del cáncer”. Por ello, apostó por lograr que los avances estén “disponibles para todos” y lleguen a todos los pacientes de la UE.

Bartosz Arlukowicz, eurodiputado polaco del PPE y quien fuera el presidente del Comité BECA, coincidió en la necesidad de acabar con la “desproporcionalidad”. “Si somos una comunidad europea moderna y dinámica, no podemos permitir que existan esas desigualdades”, afirmó. “No podemos permitir que en una parte de Europa un niño con leucemia tenga que esperar meses por un tratamiento y otro, en otra parte y con las mismas condiciones, tenga acceso a tratamientos que permitirán su curación”, instó.

Por su parte, Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox, apuntó a la necesidad de “formar equipo” entre profesionales y políticos. “El que está en el terreno es el que sabe las necesidades que hay”, aseveró. Tal y como indicó De la Pisa, no solo se debe poner la salud en el centro, sino también los valores que pueden servir de “pegamento” para que todos los grupos políticos trabajen en el mismo sentido.

Trabajo en red para mejorar el diagnóstico molecular

Al hablar de acceso a la innovación en oncología, además de en tratamiento, también es esencial el diagnóstico. Por ello, en el encuentro celebrado en Bruselas, la mesa “Diagnóstico molecular y acceso a la innovación”, abordó este tema, con el foco en las inequidades en este ámbito.

Carlos Camps, director de Programas Científicos de la Fundación ECO expuso que para atajar desigualdades “es importante crear centros de alta complejidad”, aunque “esto no lo soluciona todo”. En esta idea coincidió Alfredo Carrato, director de Relaciones Internacionales de la Fundación ECO, priorizando la necesidad de “mejorar la infraestructura para secuenciar tumores y crear una red nacional de medicina de precisión”.

Santiago Ramón y Cajal, presidente electo de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) señaló que para mejorar el diagnóstico molecular y la aplicación de técnicas de secuenciación masiva de nueva generación (NGS), es crucial “el trabajo en red”. Esto, afirmó, “permitiría aplicar la NGS a la mayor parte de los tumores”. Para lograrlo, aludió a la necesidad de “digitalizar esta patología, crear una red para conectar a todos los patólogos”.

Siguiendo este hilo, Jörg Engelbergs, scientific-regulatory expert en el Paul Ehrlich Institute manifestó que en estas redes es importante “una buena interacción y mecanismos de intercambio adecuados”, para alcanzar los objetivos.

Emilio Alba, director de la Unidad de Oncología Intercentros de los Hospitales Regional y Virgen de la Victoria de Málaga aludió a la necesidad de contar con “una red de laboratorios de biomarcadores que en nuestro país no está estandarizada; esta debe preservar la calidad y fomentar la equidad”.

Sebastián Arias, representante de la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia), consideró que para alcanzar todos los objetivos marcados y lograr una equidad efectiva en el acceso al diagnóstico molecular es fundamental seguir “trabajando conjuntamente, con la meta común de acabar con las desigualdades entre Estados miembro”.

Ana Trullas, product lead en la Agencia Europea del Medicamento (EMA) enfatizó en un punto fundamental en lo que a diagnóstico molecular se refiere: “a la hora de seleccionar aquel tratamiento que más beneficie a los pacientes, la exactitud es esencial”.

A este respecto Engelbergs agregó que “la medicina de precisión requiere buenos biomarcadores y diagnósticos”. Asimismo, abogó por seguir avanzando hacia un “diagnóstico mejorado, robusto y fiable, en el que se elimine cualquier impacto negativo sobre los pacientes”.

Desde Gedefo, grupo de Farmacia Oncológica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Garbiñe Lizeaga enumeró varios retos pendientes en materia de equidad bajo su punto de vista. “Hay que tener en cuenta los desabastecimientos, que están comprometiendo el tratamiento de determinados pacientes en el día a día”, advirtió. También se refirió a la importancia del Real World Data (RWD) como variable a incorporar “en los procesos de toma de decisiones para el acceso y la financiación”. Por último, Lizeaga agradeció el “espíritu colaborativo” definiéndolo como ‘clave’ para lograr los objetivos pendientes.

Certificar a los servicios oncológicos

El desarrollo de indicadores a partir de estándares en la práctica clínica es clave para asegurar la equidad y reducir la variabilidad en el abordaje oncológico. El objetivo no es otro que ofrecer al paciente las mejores opciones de supervivencia, pero sin olvidarse de mantener su calidad de vida.

Así lo manifestó Enrique Aranda, secretario de la Fundación ECO, durante la mesa ‘Towards high quality standards in cancer care’. La excelencia en la calidad en los cuidados del cáncer ha sido el foco de atención de los participantes de esta mesa, en la que han expuesto los programas que existen para este objetivo a nivel internacional.

Por su parte, Vicente Guillem, director de Relaciones Institucionales de la Fundación ECO, puso en valor las acciones que se han llevado desde la entidad en su apuesta por promover la excelencia oncológica en España. Entre ellas destaca el Programa de Certificación QOPI, que lleva a cabo en España en colaboración con ASCO, que acredita la excelencia de estos centros en la asistencia a pacientes con cáncer. “El alto estándar de calidad en la atención del cáncer nos preocupa enormemente y por ello hemos realizado esfuerzos muy importantes con numerosas acciones como la acreditación de 13 centros con los criterios QOPI, cursos de formación o la reactivación del Plan Nacional del Cáncer”, subrayó Guillem.

Durante el encuentro, Stephen Grubbs, vicepresidente de Asuntos Clínicos de ASCO, presentó el programa QOPI de certificación de calidad en la atención oncológica. “Nuestra sociedad lleva 20 años trabajando en mejorar la calidad de los cuidados oncológicos a través de un programa que permite presentar datos con una gran variedad de medidas y registros de calidad para mejorar los cuidados”, expuso Grubbs.

Siguiendo esta línea, Robert Carlson, director ejecutivo de la National Comprehensive Cancer Network (NCCN), presentó las pautas de práctica clínica en oncología de esta entidad que brindan recomendaciones transparentes, basadas en evidencia y consensuadas por expertos para el tratamiento del cáncer, la prevención y los servicios de apoyo.

Finalmente, Jean-Benoit Burrion, A&D Board Chair de la Organización de Institutos del Cáncer Europeos (OECI), explicó el funcionamiento de esta comunidad que cuenta con más de 123 entidades asociadas. Entre sus objetivos figuran los de facilitar intercambios y mejorar las prácticas de investigación en estos centros.

Por su parte, Adrián Udrea, director médico de Medisprof Cancer Center, ha subrayado la importancia de las certificaciones para unificar criterios y ofrecer una atención de calidad a los pacientes. Sobre ello, puso de ejemplo a Rumanía, un país donde se necesitaban estos programas para mejorar en excelencia.

En este mismo contexto, Luis de la Cruz, miembro de la Fundación ECO, insistió en que los pacientes requieren “expertise” para ser atendidos de forma óptima pero también desde el punto de vista de la “humanización”. Johan de Munter, presidente de European Oncology Nursing Society, señaló la inequidad existente en Europa en cuanto a la formación oncológica de las enfermeras. “El principal problema es que en algunos países hay formación específica en Oncología y en otros no. Esto impacta la supervivencia”, destacó.