La pandemia de COVID-19 ha supuesto un cambio en los modelos de financiación médica, contribuyendo a que se incida en áreas que antes no tenían tanta relevancia. Cuatro años después de este suceso, y con la enfermedad aún presente en nuestras sociedades, se pueden observar las tendencias de los Gobiernos a nivel europeo y mundial en lo que respecta a gastos en cuidados preventivos, un ámbito en el que se incluyen los programas de inmunización, destacando en los mismos las campañas de vacunación.
Según Eurostat, el servicio de estudios estadísticos de la Comisión Europea, con ‘atención preventiva’ hacen referencia a cualquier acción que tiene el fin de frenar o eludir las enfermedades, sus complicaciones y sus secuelas. “Se basa en una estrategia de promoción de la salud que permite a las personas mejorar su salud mediante el control de algunos determinantes inmediatos”, especifican en Eurostat. La atención sanitaria preventiva abarca intervenciones dirigidas tanto al bienestar individual como al colectivo.
Los últimos datos proporcionados por el portal evidencian que la tendencia al alza del gasto en esta área fue muy acusada del 2020 al 2021, aumentando la inversión en un 88,2 por ciento. Si se atiende a las cifras aportadas por 19 de los Estados miembro, se aprecia que el gasto en ‘Programas de inmunización’ aumentó hasta un 343,2 por ciento, apunta la institución en su informe. Concretamente, en el caso de los programas de inmunización se aumentó del 13,7 por ciento al 29,1 en el año 2021. Desde la institución advierten que para algunos Estados puede ser complicado discernir el gasto en prevención de la rehabilitación en sí, por lo que se tienden a subestimar las cifras.
Este notable incremento en el gasto refleja un ajuste en las prioridades de salud pública, en respuesta a las lecciones aprendidas durante la crisis sanitaria global. En el informe de la Organización Mundial de la Salud, titulado ‘Estrategia mundial de vacunación COVID-19 en un mundo cambiante’ y publicado en julio de 2022, se observa con claridad que los gobiernos europeos han potenciado sus programas de inmunización y que ahora, más que nunca, consideran áreas clave. Este nuevo orden de prioridades pospandemia es esencial también para prepararse de cara a futuras amenazas sanitarias, como es el caso actual de la crisis por la mpox en diferentes países africanos.
El impacto de la COVID-19
La COVID-19 ha alterado radicalmente el enfoque de los gobiernos europeos hacia la salud pública. Antes de la pandemia, el gasto en cuidados preventivos en Europa era relativamente estable, con una inversión moderada en programas de salud pública y prevención. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recoge los datos históricos de inversión en cuidados preventivos de los países europeos y señala un cambio de tendencia en su informe ‘Health at glance 2021’: antes de la pandemia la mayoría de los Estados destinaban menos del 10 por ciento de su presupuesto sanitario a cuidados preventivos.
Según datos de este informe, en 2019, antes de la COVID-19, los países gastaban de media un 8,8 por ciento de su producto interior bruto (PIB) en sanidad. Si se extrapola a los datos de Estados Unidos, en ese mismo momento invertían en salud el equivalente al 16,8 por ciento de su PIB, muy por encima de Alemania, que marcaba la diferencia dentro de la UE también en ese momento con un 11,7 por ciento de su PIB destinado a este ámbito. Solo del año 2019 al 2020, según los datos de la OCDE, se pasó de ese 8,8 por ciento de inversión de los países al 9,7. “Los países a los que les afectó la pandemia de forma más severa declararon un crecimiento sin precedentes en la cuota del PIB destinada a salud”, destaca el informe.
La necesidad de incrementar el gasto en salud, como explican desde la OCDE, particularmente desde los gobiernos, en respuesta a la pandemia por la COVID-19, impulsó que se invirtiera hasta un 5 por ciento más en salud per cápita. “Es posible que este sea el crecimiento más rápido en el gasto en salud de la OCDE de los últimos 15 años”, aseguran desde la institución.
Antes de la pandemia, la mayoría de los Estados destinaban menos del 10% de su presupuesto a cuidados preventivos
Uno de los ejemplos de este cambio de paradigma es la creación del programa EU4Health 2021-2027 (UEproSalud). Como respuesta a la pandemia por la COVID-19, la Comisión Europea decidió crear esta iniciativa para paliar los efectos negativos de la misma. Desde la institución asumen que “la pandemia ha puesto de relieve la fragilidad de los sistemas sanitarios nacionales”. Esta iniciativa cuenta con una dotación de 5.300 millones de euros en el periodo establecido de seis años. El mensaje que quieren transmitir desde la UE es claro y directo: “la salud pública es una prioridad para la UE y supone uno de los principales instrumentos para allanar el camino hacia una Unión Europea de la Salud”.
Los pilares en los que se sustenta este programa son, por un lado, mejorar y fomentar la salud. También ponen especial interés en que haya un correcto acceso a los medicamentos, los productos sanitarios y los productos pertinentes en caso de crisis. Proteger a la población y reforzar los sistemas sanitarios también son otros dos ejes prioritarios.
Sin lugar a duda, la pandemia ha demostrado la importancia de la prevención y la necesidad de un enfoque más proactivo para enfrentar emergencias sanitarias. Los gobiernos comenzaron a redirigir recursos hacia programas preventivos, lo que llevó a un aumento dramático en el gasto, como se observa en los datos de Eurostat. Se puede decir que la COVID-19 ha evidenciado la necesidad de abordar las causas subyacentes de las enfermedades y promover una salud pública más fuerte por medio de la inversión.
El Gobierno financia el 99 por ciento
Uno de los datos fundamentales para comprender el impacto de esta financiación en los Estados miembro es saber de dónde parte el presupuesto para los programas de prevención. En el caso europeo, los Gobiernos han sido los principales proveedores de fondos en el año 2021, abarcando 24 de los 27 Estados miembro. España se encuentra en el tercer lugar del ranking, con un 98,9 por ciento de los cuidados preventivos financiados por el Gobierno español. El segundo puesto es para Dinamarca, con el 99,5 por ciento, y en cabeza se encuentra Malta, con una financiación gubernamental del 100 por cien.
Otra de las formas de financiación, que ha representado el 28,6 por ciento en el 2021, han sido los seguros de salud contributivo obligatorio y las cuentas de ahorro médico obligatorio, ocupando el segundo puesto en cuanto a mecanismos de financiación en la UE. En este caso, destacan tres países con un porcentaje más alto de estos sistemas de financiación de los cuidados preventivos: Croacia, con un 81,6 por ciento, República Checa, llegando al 76,4 por ciento, y Francia, con un 74,2 por ciento.
Por último, según se expone en Eurostat, la financiación empresarial solo ha representado el 5,9 por ciento del gasto en atención preventiva en la UE en el 2021, pero aun así hay dos países comunitarios que han tenido cifras llamativas en este caso: se trata de Portugal, con una financiación empresarial del 25,2 por ciento, y Polonia, con un 27 por ciento.
Más de 100 euros por habitante
Una de las diferentes clasificaciones que se hacen en el informe de Eurostat es el gasto en cuidados preventivos por habitante que ha hecho cada Estado miembro. Poniendo el foco en el cómputo total, se concluye que en el año 2021 fueron 14 los países miembros que gastaron más de 100 euros por habitante en esta área. A la cabeza se encuentra Austria, invirtiendo un total de 566,4 euros por ciudadano, seguido por muy poca distancia de Dinamarca, con una inversión de 555,1 euros por persona. Por encima de los 400 euros también se encuentran Países Bajos, con una inyección de 476,9 euros por habitante, y Luxemburgo, sumando 421 euros.
En el lado opuesto se encuentran los países que no superaron los 40 euros de gasto por habitante en materia de cuidados preventivos en el año 2021, con una horquilla que abarca desde los 20,6 euros que invirtió Polonia por ciudadano, pasando por los 23 euros de Eslovaquia, Bulgaria con 28,7 euros, los 30,5 euros de Rumanía o los 37,4 euros por habitante de Malta.
Los proveedores de cuidados
Si se atiende a los datos europeos sobre los proveedores de cuidados preventivos que, según Eurostat, son entes tales como agencias de promoción de la salud u organizaciones que principalmente ofrecen programas y campañas preventivas colectivas, se observa que se llevaron la mayoría del gasto en prevención de la Unión Europea con un 51,6 por ciento en el año 2021.
En segundo lugar, se encuentran, con un 26,8 por ciento, los que Eurostat denomina como ‘proveedores de atención ambulatoria’. Estos son, según la institución, establecimientos que proporcionan servicios de atención médica directa a pacientes externos que no requieren servicios de hospitalización.
Los proveedores de cuidados preventivos se llevaron el 51,6 por ciento del gasto en prevención de la Unión Europea en el año 2021, según Eurostat
Según los últimos datos disponibles, en 14 Estados miembro de la UE los proveedores de cuidados preventivos tuvieron la mayoría de la financiación. Solo en el caso de dos países estos proveedores supusieron menos de la mitad de la partida destinada a prevención. Los países que tuvieron más gasto en esta área son Eslovaquia, posicionándose a la cabeza con un 87,6 por ciento, e Italia, con un 81 por ciento.
En el caso de los proveedores de atención ambulatoria, supusieron la mayoría absoluta del gasto en cuidados preventivos en seis de los Estados miembro de la UE, siendo el país a la cabeza en esta categoría Portugal, con un 81,4 por ciento, y Finlandia en segundo lugar con un 79,5 por ciento. En dos países más estos proveedores representaron menos de la mitad del total, pero más que cualquier otro tipo de proveedor.
Solo en tres países de la Unión Europea no ha habido un gasto mayoritario para estos dos proveedores. Un caso relevante es el de Bulgaria, cuyo gasto en prevención, con un 43,5 por ciento, fue de los hogares como ‘proveedores de atención médica en el hogar’ y otras industrias como proveedores secundarios de atención sanitaria, mientras que en el resto de la UE la media en esta categoría es del 4,3 por ciento.
Otro caso diferente es el de Polonia, en el que los proveedores de administración y financiación del sistema de salud representaron el 38 por ciento del gasto en cuidados preventivos, comparado con el 2,3 por ciento de la UE. Otra excepción es la de Grecia, país en el que un 34,7 por ciento del gasto en cuidados preventivos fue destinado a los hospitales. En Europa la media es del 2,4 por ciento en este supuesto.
Los programas de inmunización
Uno de los componentes más destacados del aumento en el gasto en cuidados preventivos ha sido la inversión en programas de inmunización. Rescatando datos anteriores, solo del 2020 al 2021 el incremento del gasto dedicado a estos programas fue del 343,2 por ciento, según los datos de Eurostat.
Solo del año 2020 al 2021, el incremento del gasto dedicado a programas de inmunización fue del 343,2 por ciento, según los datos europeos
Un ejemplo de este crecimiento y de la respuesta rápida a la crisis sanitaria fueron dos acciones concretas desarrolladas en el 2020: el 17 de junio de ese año, la Comisión Europea dio a conocer una estrategia de la UE para las vacunas contra la COVID-19, con el objetivo de acelerar el desarrollo, producción y distribución de estas. Las vacunas seguras y efectivas contra el SARS-CoV-2, el virus responsable de la COVID-19, son consideradas la mejor herramienta para terminar gradualmente con la pandemia.
Unos meses más tarde, el 15 de octubre de 2020, la Comisión emitió una comunicación sobre la preparación para las estrategias de COVID-19 y el despliegue de vacunas, destacando los aspectos clave que los Estados miembro deben tener en cuenta en sus planes nacionales de vacunación, incluyendo la identificación de los grupos prioritarios para ser vacunados.
Los programas de vacunación han sido fundamentales en la lucha contra la COVID-19. En muchos países europeos, la inversión en la administración de vacunas ha ayudado a reducir significativamente las hospitalizaciones y muertes relacionadas con el virus y desde las instituciones lo tienen claro: la inversión en estos programas es clave para controlar la pandemia y prevenir futuros brotes.
Sin embargo, también han surgido desafíos en la implementación de estos programas. Algunos países han enfrentado problemas logísticos en la distribución de vacunas y la aceptación de la vacuna ha sido variable. A pesar de estos retos, los datos indican que la inversión en programas de inmunización ha sido crucial para la salud pública.
El impacto positivo de los programas de inmunización se ha reflejado en la reducción de la transmisión del virus y en la protección de las poblaciones vulnerables. Además de su papel en la lucha contra la COVID-19, estos programas han demostrado ser efectivos en la prevención de otras enfermedades infecciosas, reforzando la importancia de la inversión continua en la vacunación.
Preparación y financiación
A pesar del aumento en la inversión, la financiación de los cuidados preventivos enfrenta varios desafíos. La coordinación entre diferentes fuentes de financiación, como los gobiernos, los seguros y las compañías, puede ser compleja. En algunos casos, la falta de integración entre estos mecanismos puede llevar a la duplicación de esfuerzos o a lagunas en la cobertura de servicios preventivos.
Además, la asignación de fondos para la prevención puede verse afectada por cambios en las prioridades políticas y económicas. Las crisis económicas o los cambios en los gobiernos pueden influir en el presupuesto destinado a la salud pública. Es crucial que los sistemas de salud mantengan un enfoque constante en la prevención para asegurar que los avances logrados durante la pandemia no se pierdan.
En una reciente reunión del Comité ENVI del Parlamento Europeo sobre la mpox, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), la Autoridad para la Respuesta Sanitaria de Emergencia (HERA, por sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) coincidieron en que en Europa, gracias a todo lo aprendido por la pandemia por la COVID-19, “estamos preparados para afrontar, si se diera el caso, otra crisis sanitaria”. Se basan, sobre todo, en la disponibilidad de vacunas y en los programas de inmunización, dentro de todo lo que es la estrategia de la UE en materia de cuidados preventivos.
Un ejemplo de esto es que, en el año 2022, cuando se observó el primer brote de mpox, la HERA licitó y entregó más de 300.000 vacunas a Estados miembro para dar una respuesta inmediata a la situación. Ha explicado recientemente que la base del éxito en la prevención viene de la comunicación continua con otros países, como Estados Unidos y Japón, y otros actores que tienen relación con el ámbito sanitario, como es el caso de los fabricantes de vacunas, que las han puesto a disposición de la UE para su donación.
En conclusión, el aumento en el gasto en cuidados preventivos en Europa refleja un cambio importante en las políticas de salud pública tras la pandemia de COVID-19. A medida que los países continúan invirtiendo en la prevención, es crucial abordar las disparidades en el acceso a estos servicios para garantizar que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de beneficiarse de una atención preventiva de calidad.