Hace ya algunos años, la patronal europea de la distribución farmacéutica (GIRP, por sus siglas en inglés) decidió cambiar su denominación a “Asociación Europea de Distribuidores de Salud”. Un cambio con una principal intención: reflejar e incidir en el abanico de servicios que ofrecen estos agentes a sistemas sanitarios y sociedad más allá de su razón de ser: el suministro de medicamentos.
Ahora bien, actualmente este sector mayorista bien podría considerarse no solo como “distribuidor de salud” sino también como generador y garante de ella. Para la sociedad… Y el planeta en su conjunto. Basta comprobar el auge que en el día a día de estas compañías tienen las estrategias de sostenibilidad medioambiental, tanto en el interior y funcionamiento de los centros como en el propio transporte de medicamentos. Y, si no como leitmotiv principal, también con su positivo impacto en la ‘salud’ económica de estas entidades, a través de los ahorros de costes o retornos de inversiones.
De hecho, buena parte de las entidades que conforman el sector nacional están adheridas a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas en los que se abordan retos urgentes, como el cambio climático, según tiene computada la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar).
Este compromiso con el medio ambiente que empezó a comienzos de siglo (2000) con la creación del Sistema Integral de Gestión de Residuos y Envases de Medicamentos (Sigre), en el que las distribuidoras participan en su gobernanza a través de su patronal nacional Fedifar. Y, en la práctica, a través de la conocida logística inversa: la recogida de los restos y envases de medicamentos de los ‘puntos Sigre’ habilitados en las oficinas de farmacia para su transporte a la planta de tratamiento.
“El papel que llevan a cabo los mayoristas farmacéuticos en la recogida, transporte y custodia de los residuos de medicamentos, ha sido clave para el desarrollo y funcionamiento de un sistema que ha cambiado los hábitos de los ciudadanos sobre el reciclaje de este tipo de residuos”, recordaba en el reciente acto de conmemoración de las dos primeras décadas de este sistema Matilde Sánchez, presidenta de Fedifar.
Compromiso conjunto con SIGRE
Como algunos de los datos cosechados, en veinte años ha sido posible generar energía a través de este reciclaje de residuos medicamentosos para evitar la tala de más de 165.000 árboles —equivalente a la cifra de arboleda de diez parques como el madrileño de El Retiro—, ahorrar más de 300 millones de litros de agua y más de350 millones de KwH —toda la luz que consume en un año una ciudad del tamaño de Cádiz—, etc. La Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas destacó en 2019 como buena práctica dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 13—Acción por el Clima— este modelo de logística inversa que la distribución aporta a Sigre (ver gráfico).
Hasta ahí la principal colaboración y compromiso, entendido en su conjunto, de la distribución farmacéutica nacional en la sostenibilidad del medioambiente. Pero, a nivel particular, “todas las entidades tienen vigentes ya iniciativas que refrendan este compromiso; este sector es consciente de que su actividad es sensible al medio ambiente”, refrenda Matilde Sánchez a EDS. Así, lo extraño pasa por encontrar una entidad que no aplique ya en su funcionamiento planes de eficiencia energética en sus instalaciones (reducción del consumo eléctrico, agua y huella de carbono, apuesta por energía renovable y auto-consumo…), gestión de residuos (ver tabla), etc.
“Sería ilógico que no se implantasen estas estrategias”, apunta la presidenta de Fedifar. En especial, en aquellas nuevas construcciones que acomete el sector. Por ejemplo, la cooperativa farmacéutica Grupo Hefame última la inauguración de su nuevo centro regulador de Ribarroja (Valencia), el cual se prevé esté en funcionamiento en octubre de este año. Con una superficie de 18.000m2 y una inusual altura de 18 metros —un 33% más de lo habitual en este tipo de instalaciones—, el centro iniciará operaciones con cerca del 40 por ciento del consumo generado a través de energías renovables. En especial, el uso de placas solares.
Según los datos que maneja el Consejo General de Farmacéuticos —a través de un sondeo de su Vocalía de Distribución —presentado en las últimas Jornadas Nacionales de Distribución—, en torno al 40 por ciento de las instalaciones mayoristas en España hacen uso de placas solares para abastecerse — aun parcialmente— de energía. El retorno de la inversión se consigue en apenas 4-5 años.
Asimismo, de vuelta al nuevo almacén de Hefame en Valencia, el sistema de conductos de ventilación está especialmente diseñado para maximizar los flujos de aire y la temperatura interior, salvando así el contrapunto que en este aspecto puede suponer su especial altura. Todas son acciones, junto a otras, refrendan el compromiso medioambiental que esta cooperativa mediterránea ya tiene plasmado en su Plan Estratégico 2021-2022.
Huella de carbono en la distribución farmacéutica
Probablemente sea una de las medidas —y retos— que más (pre)ocupa a las empresas mayoristas de medicamentos en el compromiso medioambiental y en la que desembocan las diferentes iniciativas desarrolladas: la medición —y reducción— de la huella de carbono.
Muchas empresas ya calculan la huella de carbono anual de sus procesos para conocer las emisiones que pueden contribuir al cambio climático y así elaborar planes para poder reducirlas. Es el caso actual de Bidafarma —‘top 2’ del ranking nacional—, la cual está inmersa en un plan expreso de actuación sobre la huella de carbono para el trienio 2019-2021.
En 2019 —año de inicio de las mediciones— Bidafarma constató una huella de carbono en toda su organización de 3.751 tCO2, y las líneas de actuación para aminorarla abarban desde su flota total (transporte ligero y pesado), así como los consumos de papel, agua, por desplazamientos y viajes, etc. Este Plan de Reducción de Emisiones también abarca la sustitución de la luminaria eléctrica tradicional por tecnología Led. “La neutralidad en carbono es un ambicioso objetivo de la compañía”, indican desde Bidafarma.
Por ejemplo, una buena forma de corroborar la implicación e impacto del sector es analizar a su líder histórico del segmento, Grupo Cofares, encuadrado asimismo en el ‘top 40’ de las principales compañías de España por nivel de facturación. Atendiendo a su Memoria de Sostenibilidad 2019, el cómputo de emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) de este ‘gigante’ de la distribución nacional alcanzó las 22.020 toneladas de CO2. Sin embargo, lo importante radica en que en apenas un año se redujo un 6’9 por ciento: 23.677,29 en 2018. Entre las diferentes iniciativas destacadas por Cofares para conseguir ese ‘mordisco’ se sitúan la sustitución de toda la luminaria de su plataforma logística Farmavenix (más de 23.000m2) y la incorporación de los primeros vehículos eléctricos a su flota.
Los ejemplos son numerosos en este sentido. Por citar otro, la cooperativa navarra Nafarco ha apostado por la instalación de paneles solares que genera una producción de energía anual de 210.868 kWh y permite reducir un 44 por ciento de la factura eléctrica anual y evita la emisión a la atmósfera de 72 toneladas de CO2 anuales.
Sustitución de la flota
Se estima que el transporte es el responsable de cerca de un tercio (30 por ciento) de las emisiones que genera la actividad de la distribución farmacéutica. Por ello, otro de los focos de actuación de la práctica totalidad del sector es la progresiva sustitución del parque móvil convencional por vehículos eléctricos o de bajas emisiones. Se calcula un ahorro de 3.500 kg de emisiones de CO2 por cada furgoneta eléctrica incorporada.
El camino hacia la ecosostenibilidad del transporte fue abierto por la cooperativa Novaltia. La entidad norteña —con su principal área de influencia en Aragón y País Vasco— puso en marcha en 2019 el pionero proyecto ‘eco-bike’, en una apuesta por promover un transporte más innovador y sostenible en el abastecimiento a farmacias. En concreto, este proyecto, iniciado en la ciudad de Vitoria-Gasteiz consiste en el uso de bicicletas para el reparto en zonas urbanas de especial protección medioambiental —como son los centros históricos— o con restricciones a la circulación de vehículos. El propio motor del que disponen estas bicicletas facilita mantener en el compartimento que llevan incorporado una temperatura controlada entre 15 y 25 grados. Dicho compartimento puede almacenar hasta 30 cubetas.
La iniciativa de Novaltia da respuesta a situaciones concretas. Pero la sustitución de la flota ligera y pesada convencional es tónica general. Un cambio en el que está inmersa, por ejemplo, Grupo Cofares. Esta distribuidora tiene previsto electrificar antes de 2023 el 30 por ciento de su parque móvil (228 furgonetas). Ya están en marcha las seis primeras en Guadalajara, Fuencarral (Madrid), Barberá (Barcelona) y Sevilla.
Así, el 20 por ciento de sus rutas podrá hacerse con vehículos eléctricos: en total serán 100.000 rutas anuales y 12 millones de kilómetros recorridos. Con ello la compañía estima una reducción de aproximadamente 5.600 toneladas de CO2 entre 2021 y 2023, lo que equivale al volumen contenido en 845 piscinas olímpicas y una disminución de la contaminación acústica de aproximadamente el 10 por cien de los decibelios en el tiempo de conducción, y del cien por cien en vehículos en reposo.
Si respecto a la flota ligera ya hay pasos constatados, un aspecto en el que incidir es el de la flota pesada, la dedicada a transportes largos. En este sentido, la apuesta de la distribución pasa, por el momento, por el empleo de camiones de gas. Según el cálculo de emisiones desarrollado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, los vehículos de gas natural emiten un 46% menos de material particulado (PM2,5) que los vehículos diésel y un 31% menos con respecto a los turismos de gasolina.
No obstante, aún se atisban dificultades a salvar en esta apuesta, como es el caso de “equiparar la autonomía al combustible, los altos costes, los tiempos de carga y la propia escasez de puntos de recarga para este tipo de vehículos”, como así enumeró Juan Sanz, director de Operaciones de Bidafarma, en su intervención en las ya citadas Jornadas Nacionales de Distribución organizadas el pasado mes de abril por el Consejo General de Farmacéuticos.
Por su parte, Hefame cuenta desde 2016 con la acreditación de ‘Flota Ecológica‘, otorgado por la realización de mejoras en la eficiencia energética y la disminución de emisiones contaminantes y de efecto invernadero, por parte del Ministerio de Industria (IDEA) y por la Asociación Española de Gestores de Flota de Automóviles (AEGFA). Para seguir con los compromisos adquiridos en ese sentido, en 2020 esta cooperativa adquirió vehículos híbridos no enchufables y vehículos híbridos enchufables, y se ha cerrado un nuevo acuerdo para seguir adquiriendo durante 2021 más unidades.
Además, Hefame apuesta por el gas natural comprimido (GNC), para ir introduciendo en la flota de reparto capilar (furgonetas) vehículos ECO. Igualmente, su operador logístico Olmed comenzó en 2019 a utilizar tráilers de doble carga que le permiten duplicar la capacidad de carga del camión, y reducir hasta 60 tn de CO2 al año. En 2020, el operador puso en circulación dos megatrailers, para transportar mayor volumen de mercancías en un menor número de viajes, con los que está reduciendo sus emisiones de CO2 a la atmósfera en más de 380 toneladas al año.
Paperless en la distribución farmacéutica
En esa misma jornada profesional, Jorge Poveda, vocal de Distribución del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y director del Gabinete de Dirección de Cofares, recordaba que se estima que la fabricación de una tonelada de papel nuevo requiere cerca de 17 árboles (2,56 toneladas de madera) y el empleo de 7.000 kilowatios hora (kWh), junto al consumo de entre 280 y 450 m3 de agua. Datos que también invitan a las entidades mayoristas a buscar nichos de mejora no solo en el final del proceso (reciclaje) sino también en origen. En concreto, un menor uso de este material.
“La distribución farmacéutica ha tenido un consumo histórico de papel elevado, como todas las empresas. La concienciación de la necesidad de reciclaje y disminución del uso de papel está asumida por las distribuidoras”, apuntó Poveda. En esta concienciación, las nuevas tecnologías ofrecen un amplio abanico de posibilidades. La principal medida pasa por la implantación de la factura electrónica, así como otro tipo de documentación susceptible de ser digitalizada, tanto en sus relaciones comerciales con clientes y proveedores (albaranes, catálogos comerciales, etc.) como en el funcionamiento interno.
La propia patronal Fedifar pone a disposición de almacenes mayoristas y oficinas de farmacia el programa informático Fedicom para favorecer sus comunicaciones telemáticas en gestiones como la realización de pedidos, devoluciones, albaranes, procesos electrónicos de facturación… Igualmente, el establecimiento de zonas comunes de impresión en los centros mayoristas frente a las impresoras personales también reduce el gasto de papel.
Asimismo, respecto al cartonaje, el objetivo pasa por conseguir su plena recogida para reciclaje. Para ello, es habitual que las instalaciones de estas compañías, en especial las de nueva construcción, cuenten con sofisticados sistemas de transporte aéreo de evacuación de cartón que posibilitan el reciclaje de hasta el cien por cien de este material. Por ejemplo, en el principal almacén de Cofares —ubicado en Madrid—reciclan anualmente 1.500 toneladas de cartón y 88 toneladas de otro tipo de papeles. Además, en 2020 el papeleo asociado a facturación de la farmacia (albaranes, facturas, extractos de Sección de Crédito, etc.) se ha reducido un 40 por ciento.
Otras iniciativas y proyectos
Eco-parque (Hefame): Dentro de las instalaciones de la Grupo Hefame están proyectados diversos espacios para ser destinados a contenedores de reciclaje y tratamiento de residuos, con el objetivo de asegurar un correcto tratamiento de aquellos materiales manipulados que dejan de ser útiles. A esta zona destinada exclusivamente a la clasificación de residuos y material de deshecho de la empresa y como principal beneficio de colaboración con el medio ambiente, es la denominada “Eco-Parque Hefame” El Eco- Parque Hefame está compuesto por una superficie total de 1.024 m2.
Bosque 4.0 (Cofares): La última iniciativa de Cofares para involucrarse en la conservación del medioambiente y contribuir a dar más oxígeno al planeta es el Bosque de Cofares 4.0, una iniciativa que aúna lo mejor del mundo online y físico para hacer realidad la reforestación de una zona desertizada de Paracuellos del Jarama, en la Comunidad de Madrid, con el que se estima absorber un total de 101 toneladas de CO2. En concreto, los primeros 500 árboles de pino piñonero ocuparán una superficie de 39.138m2.
Certificación BREAM (Fedefarma). El nuevo centro logístico de Palau-solità-Plegamans de Fedefarma —la quinta distribuidora en el ranking nacional— cuenta con la certificación BREAM para el menor impacto en el entorno. Entre las acciones se encuentran el aprovechamiento del agua pluvial para regar; instalación de cargadores para vehículos eléctricos; placas fotovoltaicas en la cubierta; aislamiento con un grado superior al habitual en las naves; mejor control climático en las máquinas….
Reforestación (Grupo Unnefar): El grupo de segundo grado tiene en marcha un proyecto común para todas sus cooperativas integradas para la la identificación y clasificación de las basuras plásticas depositadas en las Islas Cíes en colaboración con la Fundación Global Nature, así como proyectos de reforestación en Asturias, Cantabria, Cuenca o León.
Bolsas de plástico out (Alliance Healthcare): Esta distribuidora tiene un plan integral de reducción y reciclaje de plástico en todos sus almacenes, así como de sustitución bolsas plástico por papel para su red de farmacias independientes Alphega.