La obsolescencia en los equipos tecnológicos es un problema que puede implosionar en la sanidad pública, por ello, es fundamental conocer la fotografía actual de los equipos en los hospitales, amén de la financiación y los diferentes equipos que cada comunidad autónoma recibirá por el Plan Inveat, con una dotación total de 796 millones de euros.
Según la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), España aún tiene camino por recorrer para acercarse a los patrones y estándares que se toman de referencia a nivel europeo, como son los publicados por el Comité de Coordinación Europeo de la Industria TI Radiológica, Electromédica y Sanitaria (Cocir), donde se definen unas reglas generales que contemplan hasta dónde debe llegar la vida útil de estos equipos y la disponibilidad de innovaciones.
Según este modelo, como máximo el 30 por ciento de los equipos de los centros deberán de tener entre 6 y 10 años. Además, se limitará a un máximo del 10 por ciento la tecnología disponible con edad mayor a 10 años. Este modelo de referencia europeo también indica que el 60 por ciento de los equipos instalados en un centro deben de tener menos de 5 años, y Fenin afirma que esto no ocurre en España. Y es que, por ejemplo, según el informe ‘Perfil Tecnológico Sanitario en España 2021’ de esta Federación, el 60 por ciento de los equipos en hospitales nacionales tiene 10 o más años de antigüedad.
Plan Inveat
Desde 2021, Sanidad puso en marcha el Plan Inveat para la renovación de equipamiento tecnológico de alta tecnología en hospitales públicos. Con una dotación de 796 millones de euros a repartir por las comunidades autónomas, el plan recoge 110 inversiones y 102 reformas. En 2021 se transfirieron 400 millones, y este 2022, los 396 restantes para completar el total de la inversión.
El Plan tiene como objetivo principal incrementar la supervivencia global y la calidad de vida de las personas mediante el diagnóstico de enfermedades en estadios tempranos, posibilitando la intervención terapéutica rápida, con especial atención a las patologías de mayor impacto sanitario.
Como objetivos específicos que se persiguen, el Plan pretende reducir la obsolescencia del parque tecnológico de equipos de alta tecnología del Sistema Nacional de Salud (SNS), garantizando la renovación del 100 por ciento de los equipos que tienen 12 o más años, y elevar, como mínimo un 15 por ciento, la tasa media de densidad de equipos de alta tecnología por 100.000 habitantes.
Por comunidades autónomas, y con respecto al reparto de los equipos tecnológicos, el Consejo Interterritorial del SNS ha aprobado que queda, de más a menos equipos, de la siguiente forma: Comunidad de Madrid (140), Andalucía (137), Cataluña (101), Comunidad Valenciana (78), Galicia (76), Canarias, País Vasco y Castilla y León (40 cada una), Castilla-La Mancha (34), Murcia (33), Aragón (28), Extremadura (22), Baleares (21), Cantabria (19), Asturias (16), Navarra (13), La Rioja (8), Ministerio de Defensa (3) e Ingesa (2).
En cuanto a financiación, cada comunidad recibirá una cuantía diferente (ver figura 1).
Por otro lado, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) recibirá 859.315 euros y el Ministerio de Defensa, 1.110.732,47 euros.
Fenin participó en la elaboración de este Plan y, en palabras de Margarita Alfonsel, aunque está “satisfecha” con la forma de desarrollo de este, advierte que “tiene que ir más allá del 2023” e “implicar a otras familias tecnológicas, ya que ahora solo entra el concepto de alta tecnología”.
En este sentido, el Gobierno ha adquirido ya cerca del 90 por ciento de los equipos de alta tecnología prometidos en el marco del Plan Inveat. En concreto, 757 de los 851 anunciados, según los datos aportados por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien ha añadido que 59 ya están en funcionamiento.
“Vamos por buen camino, pero hay que seguir insistiendo en la necesidad de un plan de renovación y mantenimiento permanente para los equipos obsoletos y un plan incremental para nuevos equipos que se extienda más allá de septiembre de 2023”, explica Alfonsel desde Fenin.
Por su parte, Sedisa añade que “es de desear que la progresiva ejecución del Plan Inveat, creado con fondos Next-Generation UE y con una inversión prevista de casi 800 millones de euros, contribuya de forma notable a mejorar la situación descrita”.
Visión de los hospitales
Desde el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, José Sanmartín Sierra, jefe del Servicio de Electromedicina del citado hospital y secretario general de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (Seeic), explica que, cuando hacen una instalación, “está totalmente actualizada”. “Seguimos las reglas marcadas por el Servicio Andaluz de Salud y las referencias de Fenin”, señala Sanmartín.
Añade además que miden la obsolescencia y tienen planes específicos de renovación. “Tenemos todo controlado y hacemos seguimiento”, indica.
Por su parte, José Luis Arjona, subdirector de Inversiones, Ingeniería y Mantenimiento del Hospital Virgen del Rocío, asegura que la palabra “obsolescencia” no existe en este hospital, y añade que todo equipo tecnológico que funcione por debajo de los estándares que marca el fabricante, es retirado “inmediatamente”.
“Hay una conversación continua con todos los servicios del hospital, para realizar un seguimiento adecuado del equipamiento tecnológico”, afirma Arjona. “Todos los equipos cumplen con las garantías de viabilidad y seguridad”, asegura.
Desde el Hospital Clínic de Barcelona, Ferran Rodríguez, director de Infraestructuras e Ingeniería Biomédica, asegura que, tras la incorporación de los equipos suplementarios llegados durante la pandemia provenientes tanto de aportaciones privadas como de dotaciones de base pública, “se ha conseguido acelerar muy notablemente el plan de renovación tecnológica anual” al que se ceñía el Hospital.
Además, añade que, aunque haya máquinas, en momentos puntuales, que sí precisan de renovación, “no existe un número elevado que pueda llegar a condicionar la calidad del servicio prestado”.
Respecto a los tiempos de renovación, Rodríguez asegura que las distintas tecnologías se renuevan en base a ciertos parámetros, como los dictámenes de los estudios clínicos ad-hoc que se desarrollan por parte de los distintos servicios asistenciales, las indicaciones del departamento de Electromedicina o la velocidad de implementación de avances tecnológicos, entre otras.
“No hay un tiempo estándar común para todas las tecnologías. Hay elementos que pueden alcanzar el límite de obsolescencia en 5 años y otros seguir en perfecto estado operativo a los 20”, señala Rodríguez.
Diferencias en los equipos tecnológicos
Desde la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), Juan Antonio Marqués Espí, vocal de la Sociedad y subdirector de Calidad Asistencial, Seguridad y Evaluación del Servicio Murciano de Salud, asegura que, en general la maquinaria en los hospitales “está en un buen nivel”, aunque es “mejorable”.
“No hay que olvidar que, además de las inversiones realizadas por los servicios de salud de las CC.AA., las mismas regiones han recibido una aportación económica apreciable destinada a renovación de equipos de alta tecnología a través de donaciones de la Fundación Amancio Ortega y en algunos casos procedentes de otras entidades benefactoras”, destaca Marqués.
Sobre el grado de obsolescencia de los equipos e instalaciones más sofisticados, el vocal de Sedisa afirma que en España es “algo mayor” que la de los países de nuestro entorno. “Igualmente, nuestra ratio de dotación de equipos por 100 mil habitantes es algo menor”, señala.
A la vista de los informes emitidos por la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) adía de hoy, según explica Marqués, existen diferencias importantes tanto en lo que se refiere a dotación tecnológica relacionada con la población atendida como en obsolescencia de los equipos.
“Sería deseable aproximar las cifras de las comunidades autónomas menos favorecidas a las mejor dotadas”, señala Marqués, y añade que, con respecto a la adquisición de nuevos equipos, algunos servicios de salud o, en su caso, hospitales públicos cuentan con “una estrategia plurianual planificada” para la gestión de la adquisición o renovación de tecnológica sanitaria.
“En otros casos en los que no hay un proceso claramente preestablecido, se actúa en base a las necesidades detectadas y priorizadas, de acuerdo con la disponibilidad presupuestaria y, en ocasiones, con modelos de compra alternativos u oportunidades de financiación externa”, señala Marqués.
Plan de actuación
Fenin asegura que “es clave diseñar un plan de actualización tecnológica del equipamiento desde el mismo momento de su instalación, que permita conocer a tiempo, evaluar y adquirir las nuevas funcionalidades y modificaciones existentes”.
En cuanto al mantenimiento de estos equipos, David García, presidente del sector de Tecnologías y Sistemas de Información Clínica de Fenin, destacaba en relación a los datos que recoge el informe de Fenin, “la importancia de mantener un parque tecnológico actualizado en nuestro sistema sanitario para garantizar diagnósticos más precisos y tratamientos más eficaces”.
“En comparación con la UE, el nivel de obsolescencia de estas tecnologías en España ha mejorado poco en los últimos años”, señalan desde la Federación.
Informe de Fenin
Además del dato de obsolescencia de los equipos sanitarios, el último informe de Fenin, publicado en 2021, pone de manifiesto, según explica el mismo, “la necesidad de renovar prioritariamente el equipamiento tecnológico sanitario instalado en España”.
En este informe se incluye la información del nivel de obsolescencia de once tecnologías sanitarias, con los datos facilitados por las empresas a diciembre de 2020 y comparados con los distintos estándares de renovación establecidas por Cocir.
Concretamente, las tecnologías analizadas son: TAC (Tomografía Axial Computarizada), RM (Resonancia Magnética), Sistemas de Intervencionismo, (HEM, Sala de Hemodinámica y ASD, Angiografía vascular intervencionista), RCO (Radiología Convencional), MAMO (Mamógrafos), ECO (Ecógrafos), SDIC (Sistemas Digitales de Inyección de Contraste), PET (Tomografía por emisión de positrones), SVI (Soporte Vital), MON (Monitorización de pacientes críticos) y TEC (Terapias de Calor).
“Debido a la pandemia por la Covid-19, los equipos de soporte vital y monitorización de pacientes se encuentran en una situación de obsolescencia menos negativa frente a tecnologías como las terapias de calor o la radiología, con más del 60 por ciento de los equipos instalados con edad superior a 10 años”, explican desde Fenin.
Como propuestas para abordar el déficit tecnológico, la Federación nombra las siguientes:
• Elaborar planes de renovación de la tecnología sanitaria estructural incorporando el principio de “Gestión del Ciclo de Vida”.
• Uso de criterios y referencias internacionales para el cálculo de obsolescencia.
• Mantenimiento adecuado e incorporación de innovación incremental.
• Explorar alternativas contempladas en la Ley de Contratos del Sector Público.
• Plan de choque con financiación finalista específica.
• Desarrollo de Bandas Tecnológicas para la dotación de equipamiento.
Además, de esto, Fenin señala la necesidad de garantizar el mantenimiento del parque de equipos sanitarios de forma planificada para “preservar la funcionalidad y seguridad de los equipos en sus especificaciones originales”.
En este sentido, la Federación propone asegurar un proceso de mantenimiento “adecuado y cualificado” que se ajuste a los protocolos del fabricante, además de otras recomendaciones como designar y reforzar las funciones del responsable de vigilancia en los centros sanitarios, contar en cada centro superior a 200 camas con un técnico especialista en electromedicina, o promover en colaboración con la industria la formación continua de los profesionales.