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sábado, 8 febrero 2025

Multirresistencias, salud mental y cáncer: El plan de España en materia de prevención y promoción de la salud

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia prevé dotaciones específicas de los fondos europeos para tres áreas clave en la reforma del SNS

Mario Ruiz
Mario Ruiz
Redactor de Gaceta Médica

La irrupción de la pandemia del COVID-19 a principios de 2020 ha tenido un fuerte impacto sobre la economía española, poniendo fin a más de cinco años de crecimiento y llevando a una caída de actividad particularmente intensa en aquellos sectores más afectados por la reducción de demanda y las restricciones a la movilidad. Así rezan las primeras líneas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, aprobado por Bruselas. Uno de los objetivos marcados por el mismo atañe a la mejora del ámbito sanitario, tan duramente castigado por esta coyuntura; en esa misma línea, el Gobierno plantea una serie de actuaciones focalizadas en la prevención y promoción de la salud en algunos aspectos clave.

El llamado Componente 18, de actuaciones relativas a la renovación y ampliación de las capacidades del SNS -dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-, plantea un total de siete inversiones destinadas a reforzar la capacidad preventiva y de promoción de la salud para evitar la aparición de enfermedades. En este apartado, el documento focaliza montantes específicos para tres áreas que vienen reclamando recursos específicos para su desarrollo desde hace tiempo.

Una de ellas tiene previsto dirigir sus fondos a ejecutar actuaciones del Plan de resistencia a los antibióticos (PRAN); otra, a la prevención de problemas de salud mental y promoción del bienestar emocional. En última instancia, la prevención del cáncer también tiene fondos específicos previstos en este marco.

Resistencia microbiana: Todavía queda trabajo

Así las cosas, el Plan contempla una cuantía de 5,4 millones de euros de los fondos europeos Next Generation a la lucha en España para racionalizar el consumo de antibióticos y reducir la resistencia antimicrobiana. No obstante, para el expresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Jordi Vila, “la magnitud de los fondos aportados al plan español de resistencia a antibióticos (PRAN) dependerá de las intervenciones o acciones que se planteen realizar”.

Jordi Vila, expresidente de la SEIMC.

Así, señala que “con un mayor presupuesto se podrían llevar acabo un número superior de intervenciones para aminorar el importante problema que representa la resistencia bacteriana a los antibióticos”, añade. Aun así, para María del Mar Tomás Carmona, actual portavoz de la SEIMC, se trata de un “un plan necesario e importante”, según ha señalado a esta publicación.

Sin embargo, la también microbióloga del Hospital A Coruña e investigadora del Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) señala que existen algunos peros. “Deberían hacer inversión en I+D+i en relación con el diagnóstico rápido de las bacterias resistentes a los antimicrobianos, así como llevar a cabo estudios sobre nuevas líneas de tratamiento anti-infeccioso con el fin afrontar el problema y tener armas para luchar contra las bacterias resistentes”, acota.

En opinión de la portavoz, “debería incluirse en el PRAN el desarrollo de nuevas líneas de investigación basadas en terapias anti-infecciosas como fagoterapia, nuevos péptidos, tratamientos antivirulentos, reposición de fármacos, etc. mediante ensayos pre-clínicos y clínicos, que nos permitan erradicar con mayor eficacia las bacterias resistentes a los antimicrobianos responsables de la infección”.

Al mismo tiempo, cuando se habla de resistencia bacteriana a los antibióticos, es necesario hacer mención al concepto One Health, según Vila. En este sentido, tal y como subraya el presidente de SEIMC, las intervenciones “deben dirigirse a disminuir la aparición y diseminación de bacterias en animales y en el ser humano, y a conocer mejor el papel que juega el medio ambiente, tanto urbano como rural, como reservorio de bacterias multirresistentes, para luego poder diseñar y desarrollar las acciones necesarias”.

Inversión para vigilancia y control del consumo

Una de las áreas concretas del apartado PRAN del Componente 18 prevé implantar en los hospitales españoles una herramienta informática para el manejo de los tratamientos con antibióticos. Según Tomás, estas herramientas “podrían estar basadas en técnicas de Inteligencia Artificial u otras tecnologías que permitan el análisis masivo de datos y por tanto desarrollo de guías clínicas y/o protocolos de actuación”.

María del Mar Tomás Carmona, actual portavoz de la SEIMC.

Del mismo modo, también se considera llevar a cabo un instrumento interactivo para la Vigilancia de Microorganismos Patógenos clínicos de animales enfermos. Un punto importante según la portavoz de SEIMC, “ya que las bacterias que portan genes de resistencia a los antimicrobianos pueden tener origen animal y debemos tomar medidas de prevención y control epidemiológico a dicho nivel”.

La inversión de este ámbito también anticipa el incremento del número de estudios de prevalencia de infecciones y uso de antimicrobianos relacionados con la asistencia sanitaria. En opinión de la investigadora, este apartado debería ahonda en un esfuerzo en innovar en nuevas técnicas moleculares de detección rápida y económica de patógenos resistentes a los antimicrobianos para un uso adecuado y específico frente a bacterias resistentes a los antibióticos.

Respecto a estas áreas de incidencia “que pivotan en aspectos la vigilancia de microorganismos patógenos y el control del consumo de antibióticos”, Vila precisa que todavía queda en esta parte un debe añadido del lado del Componente 18. “Debería quedar claro que impacto deberían tener estás acciones, además del mero hecho de disponer de un mapa de patógenos resistentes y de consumo de antibióticos”.

Formación a profesionales, un aspecto esencial

En última instancia, se prevé también aumentar las acciones de formación a profesionales en los Programas de optimización. Para el expresidente de SEIMC, aunque todas las acciones mencionadas por el Plan son sin duda alguna son importantes, resulta fundamental lo que se refiere a la instrucción de sanitarios en el uso racional de los antibióticos.

“Básicamente a nivel de asistencia primaria, pero además se les debería dotar de las herramientas necesarias para llevar a cabo su labor, como, por ejemplo, tiempo de dedicación al paciente, pruebas de diagnóstico microbiológico rápido, receta diferida, etc.”, remarca.

Una tarea para la cual también, en opinión de Tomás, se habría de contemplar el uso de plataformas de información o divulgación como las redes sociales “para llegar a mayor población y concienciar sobre este importante problema”.

Saltar a primera línea en inversión, objetivo de salud mental

De otro lado, el Plan de Recuperación cifra en algo más de 2,5 millones de euros el montante dedicado a dar soporte a algunas de las acciones de la actualización de la Estrategia. En particular, financiará tres campañas de difusión para la promoción y protección de la salud mental (2021- 2023), lucha contra el estigma y prevención de las conductas suicidas.Asimismo, también costearía convocatorias de premios de investigación en todos los ámbitos relacionados con la salud mental.

Según acota el documento del Gobierno, el resto de las medidas de la Estrategia se financiarían con cargo a los presupuestos internos de las distintas instituciones sanitarias, algo que no termina de convencer a los profesionales de la salud mental. Así lo reseña Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), quien apunta que su escasa financiación indica esta área “no está priorizada”.

En este sentido, el experto incide en lo fundamental de dirigir esfuerzos suficientes en “mano de obra” para hacer frente a las listas de espera hasta alcanza los estándares de profesionales de Europa. Una inversión que, aunque en palabras de Arango, “está bien”, se queda en la superficie. “En un momento de rehabilitación uno esperaría que inyectaran dinero a las CC.AA para hacer centros de rehabilitación psicosocial, pisos protegidos, recursos intermedios, hospitales de día”, comenta.

Por su parte, Ana González-Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), suscribe esta misma infrafinanciación. “Solamente en lo que es la prevención del suicidio, se necesitaría todo ese presupuesto por lo menos, o incluso más”. Así, añade la necesidad de ahondar en acciones concretas, con especial hincapié -además de en la anticipación de la conducta suicida- en las mujeres y en los niños.

“Se necesita dinero para mejorar la educación en las escuelas de forma que se pueda prevenir la enfermedad mental. Por ejemplo, se están haciendo proyectos actualmente enfocados en el aumento de la resiliencia en los adolescentes; eso es algo en lo que merecería la pena invertir, pero eso exige un montante mucho mayor”, desgrana.

Lo que viene: la ‘quinta’ ola

Víctor Pérez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), reseña respecto al Plan que “no se está teniendo en cuenta la gran ola de problemas mentales que va a tener la población de nuestro país en los próximos dos años”. “Estamos empezamos ya a verla: en la gente joven, aumentos de las tentativas de suicidio, de primeras visitas en psiquiatría… hay buena voluntad, pero se queda muy lejos de las necesidades de la ciudadanía”, describe.

La percepción del psiquiatra es la de una salud mental relegada a segundo plano “como siempre”, también dentro del aporte de los fondos europeos. “Hablamos de las enfermedades más prevalentes a nivel epidemiológico, las que más años de vida con buena función hacen perder. Tenemos datos ya de la catástrofe que nos viene encima a consecuencia de la COVID y de la crisis económica en los próximos años”, añade Pérez.

“Nos vamos a encontrar con urgencias absolutamente desbordadas, aumento de las descompensaciones psicóticas, depresivas y sobre todo de gente joven

Víctor Pérez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB).

Así, el presidente de la SEPB avisa que, de atajar este problema, “nos vamos a encontrar con urgencias absolutamente desbordadas, aumento de las descompensaciones psicóticas, depresivas y sobre todo de gente joven”.

Proyecto UPRIGHT, ejemplo de prevención primaria

El proyecto UPRIGHT, que recibe financiación de la Comisión Europea mediante un acuerdo de subvención, es uno de esos proyectos a los que se refiere González-Pinto. Dirigido desde el País Vasco por el Instituto de Investigación en Servicios de Salud Kronikgune, cuenta con la participación de Osakidetza, e instituciones europeas en Italia, Polonia, Noruega, Islandia y Dinamarca. Así, este busca implementar y evaluar una intervención de prevención primaria universal en el entorno escolar. Su objetivo general, en consecuencia, es promover el bienestar mental y prevenir los trastornos mentales mediante el aumento de las capacidades de resiliencia de la población adolescente de entre 12 y 14 años.

UPRIGHT se desarrolla con un enfoque holístico, (población adolescente, familias, profesorado y comunidad educativa en su conjunto) y consta de cuatro dominios de resiliencia, “afrontamiento”, “eficacia”, “aprendizaje social y emocional” y “mindfulness” que se entrenan mediante 18 habilidades.

Intervención ‘en dos etapas’

La intervención consta de dos programas manualizados; el primero de ello dura todo el curso escolar de 1º Educación Secundaria Obligatoria y prevé una formación de 12 horas (mínimo) para el profesorado en el contenido del programa. Una vez formados, será el profesorado quien aplique el programa al alumnado de 1ºESO mediante 18 a 24 sesiones de 40 minutos distribuidas a lo largo del curso en horario lectivo. En cada sesión hay una parte de teoría otra de práctica, donde las y los adolescentes interactúan entre ellos y ellas debatiendo sobre historias que reflejan las habilidades, dilemas y ejercicios individuales y de grupo. Además, las familias reciben el programa a través de una plataforma online en donde se descargan la misma teoría que recibe el profesorado y el alumnado y una pequeña parte de los ejercicios adaptados al contexto familiar.

El segundo programa, por su parte, tiene como objetivo crear una cultura de bienestar mental y resiliencia en el centro educativo. Para ello el programa proporciona posters, mensajes digitales para colgar en las redes sociales del centro educativo que abordan las 18 habilidades UPRIGHT, ejercicios de mindfulness y un catálogo de actividades abiertas a la comunidad educativa. Estas actividades se caracterizan por aumentar las relaciones positivas, la inclusión social, el sentido de pertenencia al grupo y la participación activa.

Evaluación de resultados

Para evaluar la efectividad de incrementar el bienestar percibido y prevenir los trastornos mentales mediante el aumento de la resiliencia se emplea un ensayo aleatorizado con grupo control en una muestra de 6.000 adolescentes (12-14 años), sus familias y su profesorado. En marcha desde 2018, UPRIGHT prevé evaluar también el impacto económico del programa a largo plazo. Si el programa demuestra ser efectivo, estará disponible gratuitamente para ser descargado por los centros que lo deseen una vez finalice el proyecto de investigación.

Anticiparse al cáncer: una tarea que también recibe fondos europeos

A pesar de que la actualización de la Estrategia de Cáncer se financiará con cargo a los presupuestos internos de las distintas instituciones sanitarias españolas, el Gobierno ha extraído de la misma tres actuaciones de prevención que se costearán en el marco Plan de Recuperación y su Componente 18. De este modo, hasta 17 millones de las ayudas europeas se dedicarán a los siguientes objetivos:

  • Campaña de difusión del Código Europeo contra el Cáncer. 1.000.000 euros. El Código Europeo contra el Cáncer es una iniciativa de la Comisión Europea para informar a la ciudadanía sobre las medidas de prevención para reducir el riesgo de cáncer.
  • Cribado poblacional de cáncer colorrectal en personas de 50 a 69 años (cofinanciación). 7.500.000 euros. Pretende incentivar a las Comunidades Autónomas a extender los cribados poblacionales de este tipo de cáncer. La inversión financiaría los costes no médicos vinculados a la invitación a participar en esta campaña, con una estimación del 10% de la población entre 50 a 69 años residente en España. El objetivo de esta actuación es incentivar de manera equitativa a las Comunidades Autónomas a extender sus campañas, con el objetivo de pasar del 60% actual, a una cobertura cercana al 100% a nivel nacional en 2023.
  • Cribado poblacional de cáncer de cuello de útero (cérvix) en mujeres de 25 a 65 años. 8.500.000 euros. Se trata del cribado poblacional para detectar cáncer de cérvix en mujeres entre 25 y 65 años a realizar por las Comunidades Autónomas antes de finalizar el año 2023. Este cribado forma parte de la Cartera Común de Servicios desde 2019 pero la mayoría de las regiones aún no lo han puesto en marcha. Con esta inversión se pretende financiar una parte de los costes de la actuación global e incentivar el despliegue de este cribado poblacional en las regiones. La inversión cubriría los costes de difusión e invitación a participar en la campaña.

Una inversión adecuada y necesaria

Luis Paz Ares, presidente de ASEICA.

El desembolso que se realizará en estas tres áreas es “necesario y muy bienvenido”, tal y como valora para esta publicación Luis Paz-Ares, presidente de ASEICA. Según indica, “llevamos más de 20 años que tenemos datos de la importancia del screening en cáncer colorrectal, que puede llegar incluso a prevenir el 90% de la morbilidad y mortalidad y España”.  En este sentido, tal y como detalla, existen regiones que tienen una cobertura de programas de screening que llega al 100%, como País Vasco, Navarra, Galicia o Cataluña. En el otro lado de la moneda están todavía otras que CC.AA con porcentajes “muy pequeños, que todavía se han visto más afectados por la pandemia”, como es el caso de Madrid, Extremadura o Andalucía.

Al mismo tiempo, destaca también la presencia del programa de cáncer de cérvix que “está siendo avanzado, no existía”. No obstante, según apunta Paz-Áres, tanto ASEICA como otras organizaciones (SEOM, AECC, SEPAR, SERAM, etc.) echan en falta que la iniciativa no incluya programas, al menos, de factibilidad de screening en cáncer de pulmón. “Hay estudios recientes que demuestran de manera muy clara que el screening en pacientes fumadores de riesgo diagnostica tempranamente muchos tumores y disminuye la mortalidad por cáncer de pulmón de manera muy significativa”. “Creemos que es el momento de, al menos, seguir la estela de países de nuestro entorno, iniciando al menos programas en diferentes partes del país de factibilidad de esa estrategia en nuestro medio”, subraya el oncólogo.

Mario Ruiz
Mario Ruiz
Redactor de Gaceta Médica
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