Uno de los reclamos en los que más perseveran las sociedades científicas que desempeñan su labor en atención primaria (AP) es que la administración se implique, invierta y facilite más la investigación dentro de su especialidad.
Este área de conocimiento y formación debe “potenciarse”, en palabras de José Polo, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que define a la investigación en el primer nivel asistencial como una de las “bases fundamentales” para el “desarrollo profesional” de los médicos de familia.
Además, reconocidos expertos como Antonio Regueiro, jefe del Servicio del Centro de Salud de Vilanova de Arousa, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS) y ganador del premio BiC 2022 a Mejor Organización Integrada en AP, expresan que la investigación “forma parte de nuestra esencia como médicos”.
Generalmente, los proyectos investigadores de la AP cuentan con presupuesto de las propias sociedades, convocatorias públicas y privadas.
“La administración no participa ni se implica lo suficiente con la investigación clínica, especialmente en la AP. Los fondos destinados a realizar investigación son mínimos”
Mariam de la Poza Abad, vocal de Investigación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
La financiación para la investigación en primaria puede tener distinto origen, “puede provenir de empresas privadas, a través de institutos de investigación, laboratorios o cualquier empresa que tras escuchar los estudios que tenemos previstos decida donar”, explica Sergio Cinza, vocal de la Junta Directiva de SEMERGEN.
Asimismo, la Fundación SEMERGEN pone en marcha estudios con los recursos de la propia sociedad, financiación que viene de las cuotas de socios, de los congresos o de las formaciones que realizan. Una parte de lo que recaudan estas actividades se destina a la investigación, aunque “fundamentalmente los recursos deberían de venir del estado”, añade Cinza.
“La administración no participa ni se implica lo suficiente con la investigación clínica, especialmente en la AP. Los fondos destinados a realizar investigación son mínimos y, en cambio, atendemos a casi toda la población”, afirma Mariam de la Poza Abad, vocal de Investigación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
De igual modo, de la Poza, incide en que los médicos de AP son quienes más entienden a los pacientes. “Conocemos sus condicionantes sociales, sus hábitos de vida, sus factores de riesgo, etc. Todo esto es necesario para obtener datos sobre prevención y sobre el manejo de las patologías”, incide.
Una gran burocracia
Según los expertos, la mayor diferencia entre la investigación en centros de atención primaria y en hospitales es la logística. Si un hospital quiere hacer un estudio científico sobre, por ejemplo, endocrinología, ya cuenta “entre sus paredes” con el personal y a la hora de dar de alta el centro todo es más sencillo, mientras que en la AP “lo habitual es que los profesionales estén en 20 centros diferentes”, resalta Cinza.
“Nos encontramos con numerosas limitaciones a la hora de iniciar un proyecto de investigación en AP. Falta formación en metodología de la investigación, falta tiempo y falta que la administración crea más en la AP como un área fundamental de investigación en salud”, añade de la Poza.
“Logísticamente es muy complejo, ya que, para estos casos, la organización en nuestro país está pensada en función del centro. Por esto, la documentación tiene que repetirse y tiene que darse de alta a cada uno de los centros participantes, aunque sólo tengan un investigador”, explica el experto de SEMERGEN, que asegura, que este proceso se convierte en una gran carga administrativa.
Desde las sociedades científicas piden que se les permita dar de alta a los centros conjuntamente por área sanitaria para acabar con este ‘bloqueo’. “Por lo menos por área sanitaria, en la que se da de alta a un centro de referencias y un anexo con los centros colaboradores. Aunque parezca mentira, tramitar con cada gerencia y cada comité de ética local el mismo proceso nos lleva semanas”, propone Cinza.
Esta problemática se debe a que hay un número muy reducido de investigadores por cada centro de salud, lo que va aparejado a menos recursos en cada uno de ellos, lo que, según los expertos, es un problema a la “hora de realizar un trabajo de calidad”.
“Nuestra red es el punto de contacto entre los colaboradores externos, grupos hospitalarios o consorcios”
Sergio Cinza, vocal de la Junta Directiva de SEMERGEN
Por otra parte, los proyectos investigadores tienen que pasar por varios filtros. Por ejemplo, en el caso de la Comunidad de Madrid, es necesario que el protocolo del estudio sea evaluado favorablemente por las comisiones de investigación de la Gerencia de Atención Primaria. Este organismo informa y evalúa la pertinencia y viabilidad de los proyectos de investigación que se desarrollan en la comunidad. Es muy relevante, puesto que, para usar, por ejemplo, fuentes de datos, todos los estudios observacionales de AP necesitan dar, en sus respectivas comunidades autónomas, un paso similar.
Instituciones similares asesoran sobre las solicitudes de financiación para los proyectos y se tienen muy en consideración por los institutos investigadores.
Desde las redes investigadoras de las sociedades científicas se coordina a los investigadores y asesoran para conseguir estos certificados.
“Conseguimos las autorizaciones de las gerencias y los comités de ética de los centros de salud. Realizamos el trámite administrativo con ellos y nos ponemos a su disposición. Nuestra red es el punto de contacto entre los colaboradores externos, grupos hospitalarios o consorcios”, explica Cinza.
El Plan de acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023 del Ministerio de Sanidad reconoce que la prevención, junto con la multimorbilidad, los estilos de vida y la promoción de la salud son las áreas en las que los especialistas en medicina familiar y comunitaria más tienen que decir. El plan se compromete además a hacer un “Seguimiento anual del porcentaje de investigadores de atención primaria incorporados dentro de los Institutos de Investigación Sanitaria, como criterio para mantener su acreditación por el ISCIII”.
Estos institutos son los encargados de dar acceso finalmente a los recursos a los investigadores tras comprobar las prioridades y las necesidades de sistema.
Diferencias con los hospitales
Desde sociedades científicas como SEMG, se cuenta con grupos de trabajo que abordan investigación en diferentes áreas y colaboran tanto a nivel nacional como autonómico, además de contar con su propia red de más de 200 investigadores.
Los estudios en atención primaria que suelen conllevar seguimiento son observacionales. “Como atendemos a casi toda la población conocemos de primera mano los determinantes de la salud, que son fundamentales para estudiar también la prevención. En cambio, desde el hospital la investigación está más dirigida a grupos de personas con enfermedades y se abordan los tratamientos”, afirma de la Poza.
“En la atención primaria, los ensayos clínicos son menos frecuentes y más caros. Cuando se dan necesitamos más financiación puesto que se necesitan seguros de responsabilidad civil o suele hacer falta más personal auxiliar, por ejemplo”, comenta Cinza, que reconoce que normalmente obtienen mayor financiación privada.
“La prevención está infradesarrollada. Siempre nos centramos en la ‘demanda aguda’, pero cada vez es más necesario que nos centremos en la persona y la comunidad”
Antonio Regueiro, jefe del Servicio del Centro de Salud de Vilanova de Arousa, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS) y ganador del premio BiC 2022 a Mejor Organización Integrada en AP
Los estudios en primaria suelen ser más descriptivos, proyectos que pueden requerir hacer ejercicio físico o tomar medicamentos, pero que no son tan intervencionistas y necesitan un paciente tan activo como en un ensayo clínico. En el primer nivel asistencial, la mayoría de están centrados en la cronicidad, en la diabetes, la obesidad, etc. “La cronicidad va asociada a las enfermedades más frecuentes, que son las que tratamos en primaria. También debemos centrarnos en el tratamiento, el manejo clínico de estos pacientes, en la gestión y el circuito del paciente dentro del sistema”, añade.
En muchas ocasiones, cuando se habla de determinantes de la salud y medicina general, también se habla de la prevención. Un punto importante y reseñable y considerado fundamental dentro de la investigación en la AP, “La prevención es tanto o más importante como el abordaje de las patologías”, afirma de la Poza.
Dos grandes proyectos
Sergio Cinza y Mariam de la Poza han querido poner en valor dos proyectos que realizan desde sus sendas sociedades científicas. Por su parte, Cinza menciona el estudio ‘Iberican’ con el que desde SEMERGEN se buena busca conocer la prevalencia de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en la población atendida en el primer nivel asistencial.
“En este estudio ya participan más de 8.000 pacientes”, resalta el experto. “Es un proyecto que depende del compromiso de los pacientes ya que consiste en un seguimiento clínico”.
Cualquier médico que ejerza en un centro de salud puede participar en el proyecto. Cinza alaga este método y resalta el altruismo de los participantes. “Muchos obtienen comunicaciones en congresos, la participación en artículos y demás actividades con las que obtienen un valor añadido a su formación”, destaca.
De la Poza, por su parte, habla del proyecto estrella de SEMG, REiCOp, su proyecto investigador sobre COVID persistente del que ya han obtenido un mecenazgo de 322.700 euros de la patronal de seguros médicos (UNESPA). “Colaboramos con 67 sociedades científicas y entidades profesionales y ocho colectivos de afectados por esta enfermedad”, explica de la Poza.
El proyecto ha desarrollado la Long-covid App, como “una herramienta de apoyo y diagnóstico de la enfermedad que mantiene multitud de información y además es muy manejable”. Sierve para que los médicos de la AP sepan reconocer esta confundible enfermedad que, según un estudio realizado por SEMG, deja multitud de secuelas. Por ejemplo, solo un 15,6 por ciento de los pacientes con ‘longCOVID’ han trabajado con normalidad tras pasar su enfermedad. De ahí la importancia de proyectos innovadores como estos impulsados desde el primer nivel asistencial, un nivel que, aunque sea mencionado por muchos como ‘la puerta de entrada’ al sistema, cuenta con el potencial, también investigador, para ser el auténtico eje vertebrador de la sanidad.
Prevención
Antonio Regueiro, jefe del Servicio del Centro de Salud de Vilanova de Arousa, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS) y ganador del premio BiC 2022 a Mejor Organización Integrada en AP, insiste en la importancia que tiene centrarse en el área de la prevención. “Investigar en el ámbito de la vacunación o en la promoción de la actividad física, son ejemplos de cómo podríamos mejorar ese ‘equilibrio’ que deben tener los pacientes antes de enfermar”, explica.
Considera que la prevención, en general, debería formar parte de un gran porcentaje del trabajo de un facultativo del primer nivel asistencial. No en vano, la considera el ‘brazo’ en el que se tienen que apoyar la tarea investigadora de la AP. “La prevención está infradesarrollada. Siempre nos centramos en la ‘demanda aguda’, pero cada vez es más necesario que nos centremos en la persona y la comunidad, en como promover la salud de esta y en la prevención”, explica.