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El sexo de una persona es un conjunto de características biológicas que definen que una persona sea mujer u hombre. Al añadir una variable sociocultural, con unas características fruto de la construcción social, se define el género de cada persona. Y la suma de estos dos factores hace que la condición de salud de unos y otros posea diferencias.

En mujeres, por sus características físicas y biológicas hay determinadas enfermedades que únicamente les afectan a ellas, como pueden ser las relacionadas con la ginecología. Pero, en las diferentes especialidades, se ha observado a lo largo de los años que hay enfermedades que afectan de diferente manera a hombres y mujeres.

Como fruto de los cambios en el estilo de vida de las últimas décadas, existen enfermedades que tenían un mayor impacto sobre los hombres, pero en las que la tendencia cambia. En algunos casos se han llegado a equilibrar los datos de prevalencia. Incluso ha habido grandes variaciones que han hecho saltar la alarma entre los especialistas de cara a analizar el por qué de estos cambios.

Otro de los factores que influye es que hay un gran desconocimiento de cómo afectan determinadas patologías a las mujeres. Esto sucede porque, históricamente, los hombres han participado en mucha mayor medida en ensayos clínicos que las mujeres. Es necesario resaltar que esto puede desembocar en un diagnóstico tardío o inexacto en las mujeres, que pueda desencadenar complicaciones.

Existen varias especialidades en las que estas diferencias por sexo se observan con gran claridad.

Neumología

Una de las especialidades en las que más se ha observado un cambio de tendencia durante los últimos años es la neumología. Respecto a la salud respiratoria de las mujeres, cabe destacar que al observar aquellas enfermedades que durante las últimas décadas han sido más prevalentes en hombres, cada vez se igualan más los datos. De hecho, como resaltan desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), en Estados Unidos ya se han igualado las cifras de muertes por sexo debido a este tipo de afecciones. En otros países ya se pueden observar tendencias similares, con un aumento de la prevalencia en enfermedades que históricamente afectaban a hombres en mayor medida.

A la hora de analizar el por qué de este cambio, hay un factor determinante. En los últimos años, el cambio en el estilo de vida nos ha hecho igualarnos en derechos y oportunidades. Algunos de estos son positivos y otros afectan negativamente a la calidad de vida. Uno de estos cambios se refiere al aumento del tabaquismo entre mujeres. Este factor es determinante puesto que patologías como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y varios tipos de cáncer de pulmón se desencadenan del tabaquismo.

Durante los últimos años se ha visto un aumento en la incidencia de enfermedades asociadas al tabaquismo en mujeres

Datos en España

De hecho, al observar el estudio EPI-SCAN, llevado a cabo en 2007 y que evalúa la prevalencia de la EPOC en población española de 40 a 80 años, hay un dato que llama especialmente la atención. España ocupa los primeros puestos del mundo en lo relativo al consumo de tabaco en mujeres. Este documento refleja que, mientras entre varones se ha observado un ligero descenso del tabaquismo, esta tendencia no se ha dado de igual manera en el mujeres. Desde Separ señalan que se ha observado una mayor dificultad en que las mujeres dejen de fumar porque tienen una mayor presión por factores sociales.

Para mejorar, desde Separ instan a reforzar la labor educativa e informativa que se realiza desde las instituciones, alertando del impacto real del tabaquismo. Con una disminución de las personas que tienen este hábito, podría reducirse el número de afectadas tanto por EPOC como u otras enfermedades pulmonares.

Aunque sigue observándose una mayor prevalencia entre hombres, en un periodo de diez años se ha observado una disminución en la diferencia entre datos. En base al Estudio Iberpoc (1997), la EPOC tenía una prevalencia del 14,3 por ciento en varones, frente al 3,9 por ciento en mujeres. Diez años más tarde, en 2007, fue cuando se publicó el estudio Epi-Scan. En este, la distribución pasó a ser del 15,1 por ciento en mujeres, observándose un aumento más acentuado en mujeres, hasta el 5,6 por ciento.

Sin embargo, los especialistas en neumología han detectado un problema al hablar de EPOC en mujeres: el infradiagnóstico. Así, un documento emitido por Separ alerta de este fenómeno. Concluye que, en el marco de una Estrategia Nacional en EPOC, “la monitorización de sus indicadores en mujeres deben ser considerados aspectos prioritarios” . Entre otros aspectos, se refleja que deben identificarse recursos y establecerse iniciativas con el objetivo de reducir el elevado infradiagnóstico de EPOC en mujeres.

Cardiología

Según los datos de 2018 del Instituto Nacional de Estadística  (INE), las enfermedades del sistema circulatorio fueron la primera causa de fallecimiento –sin diferenciar por sexo– en España. Además, en el conjunto de los países desarrollados, las enfermedades cardiovasculares constituyen la causa más frecuente de muerte entre las mujeres. Entre las cinco enfermedades que acumularon una mayor mortalidad entre las mujeres en 2018 hay cinco. Desde el INE enumeran las enfermedades cerebrovasculares, la demencia, las enfermedades isquémicas del corazón, la insuficiencia cardíaca y el alzheimer. Cabe destacar la gran proporción de enfermedades relativas a la cardiología en este listado.

Sin embargo, pese a la importancia de estos datos, en la Revista Española de Cardiología se apunta a la escasa percepción que existe de esta problemática. Para mejorar la información en este aspecto se refieren a que medios de comunicación y médicos deberían concienciar más sobre la afectación de estas patologías en mujeres.

Un aspecto que los especialistas llaman a tener en cuenta es que la mayoría de estas afecciones se pueden prevenir. Para ello también instan a mejorar la comunicación. Desde entidades como la Sociedad Europea de Cardiología o la Sociedad Americana del Corazón (ESC y AHA respectivamente, por sus siglas en inglés) ya han comenzado iniciativas en este sentido para lograr mejorar la función de concienciación.

Falta de representación de mujeres

Desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC) también llaman la atención sobre uno de los grandes problemas que ha afectado a esta especialidad históricamente: la escasa representación de mujeres en los ensayos clínicos realizados en materia de cardiología. Consideran especialmente importante que no se haya estudiado a las mujeres de edad más avanzada que son las que más sufren este tipo de patologías. Incluyendo entre los objetivos primarios de los ensayos cardiológicos la variable de diferenciar los datos por sexo, se logrará eliminar los sesgos de género en esta especialidad.

Desde la SEC también trabajan ya para solventar estas diferencias. Esta sociedad cuenta con el Grupo de Trabajo Mujeres en Cardiología. Su objetivo es caracterizar las enfermedades de la mujer en esta área y lograr mejorar el pronóstico en mujeres. La entidad plantea que este grupo se puso en marcha partiendo del bajo conocimiento que existe en torno a algunas patologías cardiológicas. Asimismo, por la brecha de género que las evidencias señalan que existe en esta área, se puso en marcha esta sección. También, por motivos relativos a la igualdad de oportunidades. Y es que se ha observado que hay relativamente pocas mujeres profesionales en esta área, y que no avanzan al mismo ritmo que los hombres.

Psiquiatría

Una de las especialidades en las que tiene gran influencia el género es la psiquiatría. Dentro de esta, desde la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) indican que hay dos enfermedades con especial prevalencia entre las mujeres: la depresión y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). En el caso de las TCA la proporción es especialmente alarmante: de cada diez afectados, nueve son mujeres. Estas dos enfermedades se ven condicionadas por diferentes factores. En primer lugar estarían los factores neurobiológicos, con una gran relevancia de los aspectos hormonales y la neurotransmisión en el sistema nervioso central.

Desde un punto de vista más social, el impacto de la sobrecarga emocional que se suele dar en mayor medida en las mujeres, o el estrés que ha supuesto para la mujer el hecho de que incorporarse al mundo laboral suele traducirse en una doble carga de trabajo, son fundamentales. Además, en el caso de los TCA, hay un factor determinante y es que las mujeres están sometidas a una mayor presión estética.

Respecto a la depresión, según datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017, la prevalencia es de más del doble en mujeres que en hombres. En cifras, afecta a un 9,2 por ciento de las mujeres frente al 4 por ciento de varones.

La depresión y los trastornos de la conducta alimentaria son dos de las afecciones que más afectan a mujeres en el ámbito de la psiquiatría

Uno de los puntos que destacan desde la SEP es que la mayor prevalencia de depresión en el sexo femenino aparece en el periodo reproductivo. Cuando este acaba, la prevalencia se iguala a la de los hombres. Esto sucede por fenómenos como los ciclos hormonales, momentos como la perimenopausia y/o depresiones asociadas al parto. En esta etapa, sobre todo en la perimenopausia, es cuando suele coincidir el momento de máximo estrés de las mujeres. Esto sucede al tener que hacerse cargo de los hijos y/o personas mayores de su entorno.

Estereotipos e infradiagnóstico

El factor del infradiagnóstico también juega un papel importante en la psiquiatría. En este sentido, es preciso llamar la atención sobre cómo los estereotipos han podido afectar históricamente al diagnóstico en psiquiatría. Durante algunas etapas de la historia, a aquellas mujeres que presentaban algún tipo de irregularidad a nivel mental o emocional se les tachaba de “histéricas”. Esto hacía que se dejase de lado si esa mujer podía realmente padecer algún trastorno psiquiátrico.

Por ello, especialistas en la materia llaman a la desestigmatización. A acabar con este tipo de creencias desde la educación, y entendiendo que hay numerosas situaciones que pueden afectar a la salud mental. Respecto al infradiagnóstico, también se ha detectado que en muchas ocasiones las mujeres son reticentes a pedir ayuda por miedo a que se minusvalore su situación.

Por otra parte, en el momento actual existen otro tipo de factores con gran influencia en la salud mental de las mujeres. El aumento del acoso escolar, la presión generada por la exposición en redes sociales y la falsa imagen de felicidad que en muchas ocasiones se proyecta en las mismas puede tener un gran impacto. Sobre todo en las mujeres que están en la adolescencia.

Para mejorar estos aspectos, desde la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) se está impulsando una sección dedicada específicamente a salud mental en la mujer. Aunque hasta el momento existía un foro destinado a la salud mental y el género, además de una sociedad internacional al respecto, a nivel nacional desde la especialidad se había detectado una carencia. De esta manera se podrá atender detalladamente a aquellos problemas que afectan en mayor medida a las mujeres y poder abordarlos con una mayor concreción.

Neurología

En las enfermedades neurológicas, la mujer es la principal protagonista. La gravedad de las enfermedades que más afectan al sexo femenino es muy variable.

Por ejemplo, una de las patologías que más afecta a las mujeres de entre 20 y 50 años es la migraña. Y aunque en términos de mortalidad no se podría considerar una enfermedad grave, cabe destacar que es altamente incapacitante, con un impacto muy negativo en el día a día de las personas que la padecen. En cifras, en España alrededor de cinco millones de personas sufren migraña, de los cuales alrededor del 80 por ciento son mujeres.

El ictus es otra de las enfermedades que más se ceba con las mujeres. Tal es su impacto que es la primera causa de mortalidad entre ellas en España (la segunda en hombres), según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. Aparte de su letalidad también cabe destacar que en aquellos casos que no terminan en fallecimiento, pueden quedar graves secuelas.

Otro tipo de enfermedad que está aumentando entre las mujeres son las demencias, sobre todo, el alzheimer. Los últimos datos revelan que una de cada seis mujeres, frente a uno de cada 11 hombres, padecerá algún tipo de demencia a partir de los 60 años. En el caso de las mujeres, hay un factor crucial que es el hecho de contar con una mayor esperanza de vida. Aquí, desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), apuntan además a que la depresión puede tener una gran influencia en el desarrollo de demencias, puesto que el estado de la reserva neurocognitiva puede afectar a determinados genotipos de la enfermedad cerebral.

También tienen especial incidencia entre las mujeres enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple, con un gran impacto en el proyecto vital, ya que actualmente esta patología suele diagnosticarse alrededor de los 30 años de edad. Más allá de la sintomatología propia de la enfermedad, uno de los problemas que registran estas pacientes es la interacción del tratamiento en su vida. Y es que, aunque en los últimos 20 años el abordaje en esclerosis múltiple ha cambiado de manera sustancial, la medicación interfiere con el embarazo. Por ello, una de las líneas de investigación en este momento en cuanto a tratamientos de esclerosis múltiple es encontrar fármacos que sean eficaces y seguros durante el embarazo.

Problemas en diagnóstico temprano

Al igual que en el resto de patologías, hay factores que apuntan a un infradiagnóstico en algunas de las enfermedades que engloba esta especialidad. Habitualmente, las mujeres tardan más en llegar a los servicios de urgencia, lo que dificulta que se les pueda realizar un diagnóstico temprano. Esto es especialmente relevante en los accidentes cerebrovasculares como el ictus, donde cada segundo cuenta.

Pero también, en enfermedades a priori menos graves como la migraña, es importante puesto que no contar con un diagnóstico ni una terapia que ayude a contrarrestar su efecto, lo que impacta en la rutina diaria; en muchas ocasiones además son las propias mujeres las que infravaloran la sintomatología al padecer cefaleas, pensando que es un problema que puede solventarse con el uso de analgésicos. Desde la SEN también apuntan a que la mayor carga mental y de trabajo que suelen soportar las mujeres es un factor determinante, puesto que esto desemboca en una falta de tiempo que provoca que se posponga la cita con el médico al priorizar otras labores.

Para abordar todos estos aspectos, desde la Sociedad Española de Neurología son conscientes de que necesitarían una sección con recursos humanos y materiales que permitiera estudiar cómo afecta específicamente cada patología por sexos, y poder cubrir las carencias existentes. En este sentido, uno de los puntos prioritarios que se marcan para empezar a trabajar es la educación en reconocimiento de los síntomas, especialmente importante en afecciones como el ictus.

Reumatología

Desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) definen la reumatología como una especialidad muy femenina, tanto a nivel de profesionales como de pacientes.

Y dentro de esta área hay enfermedades muy diversas. Por ejemplo, existen varios tipos de artrosis que, por predisposición familiar, afectan en mayor medida a las mujeres; otras como la osteoporosis, que también tienen un mayor impacto en el sexo femenino, sobre todo como consecuencia de la menopausia. Al igual que en otras especialidades, hay enfermedades en que la proporción de prevalencia es especialmente diferente, como en el caso de la fibromialgia, que de cada diez personas afecta a nueve mujeres frente a un hombre.

Existen enfermedades como la artritis reumatoide que tienen un condicionante fundamental; en este caso, el consumo de tabaco. También, dentro del gran grupo de las conectivopatías, en especial en el lupus, el factor hormonal tiene una gran influencia. Además, en esta área, también hay una gran fragmentación por edades con un gran número de niñas y jóvenes afectadas por la artritis idiopática. Pero más allá de los datos de cada enfermedad, es necesario resaltar que las enfermedades reumatológicas son la primera causa de incapacidad y baja laboral de mujeres en España.

De la misma manera que sucede en neurología, hay un factor muy importante que influye en el infradiagnóstico en las mujeres: la minimización de los síntomas. Aquí, el estilo de vida, tiene una gran relevancia. Sintomatología como los dolores de cabeza o articulares, o cansancio, que pueden asociarse a numerosas situaciones, quedan borrosos. Desde la SER achacan también esta minusvaloración de los síntomas al gran desconocimiento que hay en torno a las enfermedades reumatológicas. Este desconocimiento, precisan, también se extiende en muchas ocasiones a los profesionales sanitarios que no conocen de cerca esta especialidad.

En este sentido, incidir en aquellos síntomas que pueden asumirse como “normales” dentro de un estilo de vida ajetreado puede ser de sustancial importancia. Por ello, el papel de los médicos de atención primaria puede ser fundamental, ya que si se ahonda en este tipo de síntomas se puede observar que detrás de un problema que en primera instancia puede parecer estrés, hay muchas cosas. Así, una de las reclamaciones desde esta área es ayudar a las mujeres que tienen problemas relacionados con la reumatología a no sentirse incomprendidas. Así, dejando de lado la estigmatización, se podrán detectar problemas de esta especialidad que se pueden solventar o minimizar.

Factores biológicos y sociales

Al observar los factores que influyen en que las mujeres desarrollen más enfermedades asociadas a esta especialidad, toman importancia tanto los biológicos como los sociales. Y es que a pesar de que las mujeres estén más predispuestas por sus características biológicas a padecer determinadas enfermedades reumatológicas, también hay otros puntos a abordar. Por ejemplo, la importancia de que los roles de género se distribuyan de manera equitativa para que se reduzca la presión que sufran las mujeres, podría ayudar en este sentido. Para lograr este avance es fundamental atender a dos aspectos: mejorar la educación desde etapas tempranas, así como contar con estudios en reumatología que discriminen los datos por género.

En la Sociedad Española de Reumatología afirman que sí están trabajando en la diferenciación de afecciones. Afirman que, por las características de la especialidad, pueden estar más avanzados que en otras áreas. Aun así, consideran que todavía tienen aspectos a mejorar. Por ejemplo, el hecho de conseguir que la mujer se sienta cómoda en la consulta para poder abordar cualquier tema con libertad. También, reducir la presión de las mujeres teniendo en cuenta factores como que a veces se puede abandonar un tratamiento por el impacto estético que puede dejar el mismo.

En esta línea destacan que la educación de la población es crucial. También apuntan a que la falta de recursos humanos es uno de los factores que, tanto en esta como en otras especialidades, puede influir en que no se dé la atención necesaria a enfermedades no tan obvias a nivel orgánico y en las que, si no se profundiza, pueden pasar desapercibidas.

Oncología

En oncología también existen diferencias respecto a la prevalencia por tipo de cáncer en cada sexo. Según datos de la Sociedad Americana de Oncología Clínica  (ASCO, por sus siglas en inglés) los tipos de cáncer que más afectan a las mujeres son el cáncer de mama, el cáncer colorrectal, el cáncer de endometrio, el cáncer de pulmón, el cáncer de cuello de útero, el cáncer de piel y el cáncer de ovario. De esto se deduce que, el factor biológico tiene gran importancia al analizar la relación entre mujer y oncología. Destaca en esta especialidad médica que el cáncer es un ámbito compartido con la localización en que se ubique el tumor.

De los seis tipos de cáncer enumerados en la lista de ASCO, la mitad corresponden al ámbito ginecológico. Así, desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en su monográfico ‘Mujer y cáncer’ señalan que los tipos de cáncer relativos a la ginecología  representan un problema de primer orden a nivel europeo. Apuntan asimismo en que hay una vía fundamental para solventarlo: la detección precoz. De esta manera, al conseguir un diagnóstico en las fases más tempranas de la enfermedad se podría mejorar notablemente el pronóstico en un gran número de casos.

Pero aparte del ámbito ginecológico, desde SEOM también han documentado de qué manera puede influir el género en el desarrollo de otros tipos de cáncer. Señalan que existen diferentes trabajos que respaldan que las características biológicas de las mujeres las hacen más vulnerables a desarrollar cáncer de pulmón. Por ejemplo, son especialmente proclives a desarrollar adenocarcinomas.

Factores específicos

Al atender a otros puntos sobre la causalidad de este fenómeno, los especialistas señalan que cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que los estrógenos pueden desempeñar un papel importante en la carcinogenésis. Aun así, todavía queda aclarar el mecanismo implicado en esta acción. Aparte de este factor, biológicamente las mujeres también son más vulnerables al tabaco, lo que igualmente influye en el desarrollo de este tipo de cáncer.

El cáncer de pulmón es el que presenta mayor número de aspectos diferenciales entre hombres y mujeres. Pero ha servido como base para estudiar las diferencias de afectación en cánceres que pueden desarrollarse en ambos sexos, línea que ya se está investigando.

Estudiar las especificidades del cáncer en la mujer para mejorar el pronóstico, es un punto que ha cobrado gran importancia en los últimos años. En línea con la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) y de ASCO, SEOM ha impulsado el grupo de trabajo ‘Mujeres por la oncología’. Entre sus objetivos se encuentra cuantificar la brecha de género en esta especialidad, así como fomentar el desarrollo de las oncólogas.


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