La falta de recursos humanos en el Sistema Sanitario español mantiene en vilo a la profesión, más en concreto, cuando se habla de la falta de médicos de primaria, que durante años ha sufrido una grave falta de relevo. Esto se debe a un cambio generacional y demográfico, mientras que se producen multitud de jubilaciones, hay un menor número de especialistas que terminan su formación cada año que pasa. “El problema viene de una absoluta falta de previsión en los años anteriores, las promociones de los años 80 se están jubilando y no hay suficientes médicos para cubrir esas vacantes a medio plazo”, explica a EDS Vicente Matas Aguilera, coordinador del centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada y conocido por sus múltiples y detallados informes sobre la situación de un sector cada vez más precarizado.
“Este problema es una responsabilidad compartida entre el Estado y las comunidades autónomas, aunque especialmente el dilema de los recursos humanos se puede achacar al ministerio porque son ellos los que no han realizado una planificación como es debida”, apunta Gabriel del Pozo, secretario general de CESM, que considera que la falta “absoluta” de un registro de profesionales es uno de los mayores contratiempos del sistema. “Si no sabemos de dónde venimos, difícilmente vamos a planificar de una forma coherente el futuro”, añade.
“Ahora mismo se están jubilando unos 8.000 médicos aproximadamente; En 10 o 12 años, se jubilarán 4.000. De este modo, aumentar el número de plazas universitarias no es una solución como se ha venido anunciado. Hay que tener en cuenta que un médico especialista tarda entre 10 y 12 años en formarse por lo que se puede dar la paradoja de que, al llegar al año 2035 o antes, nos encontremos con el problema de miles de médicos parados”, advierte Matas.
En la misma dirección se muestra del Pozo: “muchos médicos nos vamos inminentemente del sistema. Los que se deben jubilar se van a jubilar. A medio plazo no hay solución, solo podemos ser imaginativos. No podemos caer en el error de fabricar muchos, porque cuando acaben su formación ya no van a ser necesarios, el aumento de plazas de medicina no tiene justificación alguna. Es absurdo formar médicos para que luego se vayan”.
Por si fuera poco, muchos de ellos, al acabar prefieren ejercer en la sanidad privada, en el extranjero, o en hospitales donde las condiciones retributivas y profesionales son más llamativas. Con el paso de los años, las especialidades de pediatría y atención primaria serían las que más desequilibrio, en cuanto a recursos humanos, presentarían dentro del Sistema Nacional de Salud.
“Hay que valorarlos como hacen en otros países, donde la profesión se ve más incentivada e incluso los especialistas pueden acceder a facilidades como la vivienda.
Vicente Matas Aguilera, coordinador del centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada
Las plazas universitarias debían de haberse aumentado hace ya años, pero incluso en algunos casos estas plazas fueron reducidas. A medio plazo, un aumento de las mismas no solventaría estos problemas, el experto tiene claro que una de las pocas soluciones que quedan para frenar un futuro parón médico es “incentivar que, en algunas especialidades, los médicos en edad de jubilarse aguanten algunos años más”, apunta el coordinador.
En algunos casos, estos incentivos empiezan a estar presentes a nivel retributivo. La Administración aumenta cada año en un 4 por ciento el sueldo de los médicos que deciden prolongar su vida laboral hasta los 70 años. Al mismo tiempo, castiga a quien se jubila de forma anticipada, recortándoles hasta en un 21 por ciento la pensión que les correspondería. “Otra medida beneficiosa de la que se habla consiste en incentivar que los médicos de atención primaria hagan un esfuerzo extraordinario, para que los que voluntariamente quieran dedicar 4 o 5 horas en una tarde a la semana puedan hacerlo y así atender al paciente que es imposible ver por la mañana por la falta de tiempo”, afirma Matas.
Asimismo, el secretario general de CESM considera importante mejorar las retribuciones y condiciones laborales como la conciliación o la posibilidad de investigación. “Cada vez un porcentaje mayor de personas se van al extranjero a hacer la especialidad y muchos, después de dar ese paso, no volverán. Hay que mantener el talento que hemos formado”, apunta del Pozo.
Además de los problemas que acarrearán las jubilaciones, Matas pone el foco, de la misma manera, en las condiciones laborales y salariales de los médicos. “Hay que valorarlos como hacen en otros países, donde la profesión se ve más incentivada e incluso los especialistas pueden acceder a facilidades como la vivienda. Sin embargo, aquí proliferan los contratos temporales”, explica el granadino.
“La falta de recursos impacta directamente en la atención primaria, el déficit de personal no solo afecta a la profesionalidad, también a las familias y a la comunidad. Por ejemplo, cuando un médico recién llegado tiene un contrato de una semana es imposible conocer a los núcleos familiares y establecer ese conocimiento de las situaciones en general”, explica en la misma sintonía, Tomas Cobo Castro, presidente del Cgcom.
Salarios
La situación salarial de los facultativos en nuestro país es mejorable. En países de nuestro entorno, los sueldos duplican y triplican los de los españoles. “Los recortes en los años 2010 y 2012, debidos a la crisis, hicieron mucho daño. La media fue de un 5 por ciento, pero hubo categorías en las que se recortó el 10 o el 12 por ciento del salario y, aunque poco a poco fue subiendo, los sueldos anteriores a la crisis nunca se recuperaron. Los médicos perdieron un nivel adquisitivo que aún hoy en día no han recuperado”, recuerda Matas, que también considera importante incentivar muchas plazas vacantes que se dan en hospitales comarcales cuyas plantillas son insuficientes. En este aspecto, ya se empiezan a ver medidas en algunas comunidades autónomas. “En Extremadura, el sistema de salud compensará a médicos que cubran plazas en zonas rurales con un complemento de 493 euros al mes”, asegura Matas.
Asimismo, el conseller de sanidad de la Generalitat valenciana, Miguel Mínguez, ha anunciado que los facultativos valencianos que ocupen una plaza de difícil cobertura recibirán un incentivo anual de hasta 10.000 euros con el objetivo de fortalecer los centros de salud y los hospitales comarcales alejadas de los centros urbanos.

Estos mismos problemas se han visto reflejados en uno de los últimos informes sobre recursos humanos elaborados por CESM. Desde el consejo apuntan a que el gasto en hospitales y centros de salud, sumado a la falta de médicos y el incremento de las necesidades, podría orígenes déficits en el sistema. “En 2028 podríamos precisar de entre cuatro y once mil especialistas adicionales”, explica Miguel Ángel García, responsable de Estudios profesionales de la confederación.
En sus estudios plantean varias opciones para paliar la falta de médicos, entre las que están el aumento de las ofertas de pregrado y los MIR, y la recaptación de médicos que se marcharon al extranjero en busca de mejores condiciones, además de la incorporación de médicos extranjeros como tal.
El día 26 de abril de 2022, el Cgcom presentó un informe, realizado por la sección de Nacional de médicos jóvenes, en el que se analizaban las causas por las que un total de 219 plazas MIR quedaron vacantes durante el 2022, la mayoría de estas, 200, en la especialidad de medicina familiar y comunitaria. Entre sus soluciones, al igual que apuntaban desde CESM, contratar médicos extracomunitarios.
“La falta de enfermeras conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios“
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE).
A la espera de los resultados del MIR 2023, se prevé que la situación de este año sea similar. “Hay plazas que se quedaron vacantes el pasado MIR, porque no estaban en las listas de nadie y eso hizo que no las cogieran, este año es muy probable que vuelva a pasar lo mismo”, augura Guillermo Ramos-Noguera, vicepresidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).
Enfermería
El problema en la falta de recursos humanos no solo afecta a la profesión médica, también a las enfermeras. Desde hace tiempo, los miembros de Unidad Enfermera han trasladado su preocupación por el déficit crónico y estructural de profesionales y más recientemente han reclamado un consejo interterritorial para abordar el incremento de las plazas universitarias.
“España necesita más de 95.000 enfermeras para llegar a los datos de nuestros vecinos”, explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE).
“Aconsejaría a los políticos que no llamen gasto a lo que se debe de invertir en sanidad. En sanidad no se gasta, se invierte“
Vicente Matas Aguilera, coordinador del centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada
Según los expertos, este déficit estructural en todo el sistema sanitario pone en grave riesgo la seguridad de los pacientes en los centros sanitarios y sociosanitarios de nuestro país. “La falta de enfermeras conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años”, ha apuntado Pérez Raya.
Inversión, no gasto
Para Vicente Matas es necesario hacer informes demográficos más detallados y estudiar las necesidades de ampliación de plantillas para hacer frente a la demanda y, con ello, mejorar la vida de los pacientes e incentivar que cada vez más personas quieran dedicarse a las múltiples ramas profesionales que ofrece la sanidad. “No podemos formar médicos especialistas para que trabajen dos meses en veranos y ofrecerles contratos por horas, días, de lunes a viernes… por mucho que pueda interesar a algún gestor”.
También enfatiza en el concepto de gasto. “Aconsejaría a los políticos que no llamen gasto a lo que se debe de invertir en sanidad. En sanidad no se gasta, se invierte. Los responsables políticos lo consideran un gasto, lo equiparan a sus viajes en ‘falcon’ y temas más superficiales, la vida de la gente depende de la sanidad. No es un gasto más”, afirma.
Defiende firmemente que para mantener el prestigio y la calidad que nuestro sistema de salud ha mantenido hasta hoy en día se necesita mejorar en tres aspectos fundamentales: “inversión, plantilla y tiempo para los pacientes”, concluye. n