
El informe pone de manifiesto cómo cinco años después de que la COVID-19 cambiara el curso de la historia, su impacto sigue siendo palpable en todos los sectores de la sociedad. La pandemia no solo probó la capacidad de respuesta de los sistemas sanitarios, sino que también expuso desafíos en la coordinación internacional, la equidad en la distribución de recursos y la confianza de las comunidades en las instituciones de salud.