En los últimos dos años, la Comunidad de Madrid ha ‘liderado’ buena parte de la agenda farmacéutica nacional. Por ejemplo, fue protagonista durante los meses más duros de la pandemia de la COVID-19, por reclamar (primero) y apostar (cuando se le permitió) por un mayor rol de las oficinas de farmacia frente a la COVID-19. Un ejemplo fue la realización de test de antígenos en boticas dentro de cribados públicos. Ahora, la Administración regional ha retomado la tramitación de una nueva Ley de Farmacia, con uno de los textos más ambiciosos — o, cuando menos, novedosos— que se recuerdan en materia de normativa farmacéutica: entrega de medicamentos a domicilio, flexibilidad de horarios… EG ha podido analizar todas estas cuestiones, así como otras de actualidad para la Sanidad madrileña, en una entrevista con el consejero regional, Enrique Ruiz Escudero.

Pregunta. La Comunidad de Madrid fue pionera en otorgar un mayor rol a las farmacias frente a la COVID-19. ¿El tiempo les ha dado la razón?

Respuesta. Hemos quedado como críticos, pero no era una cuestión de criticar sino de apostar por aquello que respaldaban nuestros expertos y nuestros profesionales. Lo teníamos muy claro. Respecto a su apoyo como red para el diagnóstico (de casos positivos de COVID-19), lamentamos que se articulase tan tarde, porque empezamos a pedirlo en el mes de septiembre del año pasado y acabó articulándose este mayo, ya cuando empezaba la quinta ola. Aun así, ha sido algo que ha favorecido la detección del coronavirus. Como Consejería de Sanidad teníamos que pelear por algo que entendíamos que era bueno para los ciudadanos. Y, sobre todo, agradecer el trabajo de los farmacéuticos y del colegio.

“Cuando pedíamos desde el inicio de la pandemia un mayor papel para las farmacias parecíamos críticos, pero lo teníamos muy claro“

P. Entremos en la actualidad. Se está ultimando el anteproyecto de la nueva Ley de Farmacia regional. ¿Qué plazos manejan para que el texto pueda llegar a la Asamblea?

R. Hemos activado latramitación de Ley de Farmacia por la vía de la urgencia. Es fruto de lo ya vivido, porque esta ley se trabajó mucho hace ya dos legislaturas y llegó hasta su fase final, a la Asamblea, pero no pudo materializarse. Lo que queremos es que se haga cuando antes. Esperamos llevarlo al Consejo de Gobierno lo antes posible, no sé si será en el mes de diciembre o en enero, pero esperamos llevarlo con toda velocidad y a partir de ahí ya que vaya a la Asamblea para entrar en fase de Comisión y luego a Pleno. Yo espero que, si todo va bien, en cuatro meses podamos completar este proceso. Sobre todo porque es una Ley de Farmacia que actualiza cuál es la figura y el papel de la oficina de farmacia dentro de la vida de los madrileños, con medidas además muy novedosas dentro de las competencias profesionales que tienen los farmacéuticos y que están muy en la línea de lo que hemos vivido en la pandemia.

P. En esta Ley se quiere recoger que las farmacias realicen “entrega informada de medicamentos a domicilio a pacientes vulnerables”.

R. En la pandemia se ha comprobado que muchos pacientes no tenían la posibilidad de acudir a la oficina de farmacia. Lo que pretendemos es que en ese servicio lo ofrezca el farmacéutico, con el consejo profesional asociado. Es un salto de calidad importante y, sobre todo, es una situación a la que hay que darle un respaldo legislativo; en este caso dentro de la Ley de Farmacia. Es un avance importante y algo que vienen reclamando los farmacéuticos y también muchos pacientes.

P. ¿Qué diferencia habría respecto al concepto de “atención farmacéutica domiciliaria”? ¿Es muy importante la terminología, tanto en el aspecto legal como en su aceptación por otros colectivos y formaciones políticas?

R. Lógicamente, hemos buscado que no haya en ningún caso el más mínimo conflicto competencial, porque fue algo que ocurrió con anteriores intentos de aprobar una nueva Ley de Farmacia.

Queremos que quede muy bien reflejado que todas las actuaciones que recoja la Ley de Farmacia están dentro de la competencia profesional de los farmacéuticos, acompañadas de consejo farmacéutico

El farmacéutico es un profesional que aconseja en torno al uso de algo que han prescrito otros profesionales. Lo que no puede ser es que sea un mero distribuidor de medicamentos, porque no lo es. Ese medicamento tiene un valor y la figura del farmacéutico adquiere un papel especial en estos casos. Esa es la línea en la que trabaja esta Ley de Farmacia y respetando mucho cuáles son las competencias profesionales de todas las profesiones sanitarias. En este caso, la ley busca dar garantías para los farmacéuticos.

P. ¿Se plantea Madrid potenciar la dispensación directa a domicilio de medicamentos desde los servicios de Farmacia Hospitalaria, la conocida como telefarmacia?

R. Lo importante es que el paciente tenga su medicamento, ya sea vía telemática o presencial. En la telefarmacia debe ser igual de importante la relación con el paciente al que se le dispensa el medicamento y que pueda tener ese consejo farmacéutico. Mientras que el proceso sea el correcto y aporte calidad para el paciente, creo que mantener las dos vías es bueno.

P. ¿Y establecer canales de coordinación entre hospitales y farmacias para esa “dispensación colaborativa” de medicamentos hospitalarios a pacientes externos?

R. Trabajamos para que las oficinas de farmacia tengan coordinación, principalmente, con la Atención Primaria, con los centros de salud y con los consultorios y lógicamente también con el hospital. Es fundamental que todos los elementos de farmacia cuenten con coordinación, tanto a nivel hospitalario, como en farmacia comunitaria, porque eso siempre va en beneficio de los pacientes y de los ciudadanos, que es lo que lo que buscamos.

P. Más allá de la actualidad farmacéutica, ¿en qué punto se encuentra la sanidad madrileña y qué lecciones podemos extraer de la COVID-19 a nivel político y de gestión?

R. Habría que valorar muchos aspectos acerca de qué ha ocurrido con la COVID-19, sobre todo respecto a la capacidad que ha tenido el sistema para adaptarse una situación totalmente desconocida para todos. La transformación de todos los niveles esenciales es lo que hemos vivido durante veinte meses de manera muy intensa. Sobre todo, lo que ha conllevado en cuanto al papel de los recursos humanos, los procesos, cómo se reorienta toda la actividad clínica tanto de un hospital como de Atención Primaria. Ahora, parece que ya vemos una situación epidemiológica esencial más estable. Por otro lado, hay que destacar otro de los puntos importantes: la labor de los profesionales sanitarios. Ha sido algo fundamental en todo este tiempo. Esa capacidad de adaptación permanente de dar respuesta a todo y sobre todo también de vivir situaciones que no habían vivido nunca profesionalmente. Podemos estar muy orgullosos de lo que hemos visto de ellos.

P. Aunque las restricciones se han levantado, la COVID-19 parece que ha venido para quedarse, ¿tiene la Comunidad de Madrid algún plan en mente para el abordaje de esta enfermedad que incluya el acceso temprano a las innovaciones en desarrollo, como por ejemplo los anticuerpos monoclonales?

R. Lo primero es ver que avancen un poco más porque muchos de ellos están en fase 3 y sería un horizonte de cierta estabilidad para realmente acabar con la COVID.

“La vacunación sí es un factor preventivo fundamental que nos ha hecho ver una situación totalmente distinta de la pandemia, pero la solución definitiva será cuando vaya acompañada de tratamientos

Vamos a estar muy pendientes para buscar qué tipo de pacientes y en qué situación se encuentran, si son asintomáticos o si tienen síntomas leves, qué criterios y qué pautas hay que considerar para aplicarlo… Pero desde luego ha sido sorprendente la velocidad con la que llegó la vacuna. En ocho meses teníamos las primeras vacunas y, si llegase el tratamiento, sería la mejor de las noticias. Creo que con vacunación y con tratamiento sí que podríamos hablar del fin de la COVID-19. Ahora estamos expectantes. Ojalá llegasen cuanto antes esos tratamientos.

P. A raíz del confinamiento, la salud mental ha tomado un papel relevante en la Salud Pública. ¿En qué situación se encuentra el Plan de Prevención del Suicidio de la región?

R. Hemos pensado un Plan que va a actuar por dos vías. Una de ellas es de carácter más general a la población y pensando principalmente también en la patología estricta de pacientes COVID-19, y luego otro que iría acompañado de más incorporación de profesionales y aumento de los recursos a todos los niveles. Sobre todo, para disminuir los tiempos de espera, para que esas consultas sean efectivas. Tenemos muchas líneas de actuación, motivadas principalmente por esta situación que hemos vivido y que ha provocado que todo se incremente de manera más rápida.

P. Respecto a los nuevos Presupuestos Generales del Estado. ¿Qué valoración hace de la dotación a Sanidad? ¿Echa algo en falta?

R. En Sanidad, cualquier decisión que se toma tiene que tener un respaldo presupuestario, un cronograma y unos objetivos. A día de hoy, no lo hemos visto. El Ministerio tiene que profundizar en esa labor de cohesión a todos los niveles, dentro de lo que es su competencia. La pandemia ha destapado todos esos déficits que tenía el sistema sanitario y es en esa cuestión en la que hay que profundizar. Pero lo primero que hay que hacer es dar un respaldo presupuestario para la toma de decisiones, lo cual hemos echado en falta.

P. En relación con la mejora de competencias profesionales y recursos humanos, ¿Qué líneas van a plantear desde Sanidad?

R. Tenemos varios retos. El primero está relacionado con todos esos contratos COVID. Estamos haciendo un estudio centro a centro, para poder incrementar las plazas con los contratos COVID-19, que se puedan quedar el mayor número de profesionales de todas las categorías en el Servicio madrileño de Salud. Luego hay otro componente importante que es el Plan de Atención Primaria, que se basa en esa reorganización con mejoras en la remuneración o introducir la productividad en las plazas de difícil cobertura. Por otro lado, también se va a empezar a hablar en la mesa sectorial del reconocimiento de la carrera profesional para para personal eventual interino con el objetivo de seguir disminuyendo la temporalidad. Son líneas de actuación que están contempladas dentro de la Ley de Presupuestos. Esta ley nos va a permitir aportar un horizonte de más estabilidad y sobre todo potenciar nuestros recursos humanos allá donde tengamos necesidad: Atención Primaria, Salud Mental, contratos COVID, carrera profesional…

“La Ley de Presupuestos nos va a permitir potenciar nuestros recursos humanos allá donde tengamos necesidad”

P. ¿Cuáles son los próximos pasos en la agenda sanitaria madrileña?

R. Tenemos una legislatura muy corta. Como Consejería de Sanidad nunca habíamos tenido que tomar las decisiones con un espacio de tiempo más corto. Los proyectos son a cuatro años, pero ahora apenas quedan 20 meses para las siguientes elecciones. Estas circunstancias exigen que sean medidas rápidas. No depende tanto de la magnitud de las decisiones sino de la velocidad de las mismas. Por ello, se requerirá más agilidad para tratar de volver a la normalidad asistencial. Además, hay mucho trabajo de recuperación de la actividad en todos los ámbitos que ha desplazado la COVID-19: consultas, quirófanos, pruebas diagnósticas… Este es uno de los puntos importantes; recuperar los tiempos de espera o mejorar las infraestructuras. Confío mucho en los profesionales sanitarios y, por supuesto, en en la robustez del sistema. Y, sobre todo, en nuestra capacidad de adaptarnos, qué es lo que nos va a permitir estar lo más cerca posible de la normalidad.

“Son muchos retos, pero hay tener muy claro hacia donde vamos; el objetivo es que la Comunidad de Madrid siga teniendo la mejor Sanidad”