Las comunidades autónomas se han enfrentado durante los dos últimos años a la situación sanitaria más difícil que se han encontrado nunca. La pandemia de COVID-19 ha revolucionado todo el sector, obligándolo a reinventarse y adaptarse, algo de lo que son muy conscientes en Extremadura. El Consejero de Sanidad de esta región, José María Vergeles, cuenta en una entrevista con EDS en qué situación está la sanidad extremeña en la actualidad y la hoja de ruta que planea seguir en el futuro inmediato.

Pregunta. ¿En qué momento se encuentra la sanidad de Extremadura actualmente? ¿Cómo ha sido la transición desde marzo de 2020?

Respuesta. La sanidad en Extremadura tiene la misma situación que tiene la sanidad en otras partes de España, con una dificultad importante en el número de profesionales –fruto del pasado– y algunos problemas de ajustes en la planificación de los profesionales, ya no solo especialistas como médicos, enfermeros o psicólogos, sino también la enfermería generalista u otros colectivos que ahora mismo nos están faltando.

En segundo lugar, tenemos un sistema reforzado. En cuanto a salud pública, el Sistema Nacional de Salud (SNS) en su conjunto ha respondido de forma admirable. Tenemos un sistema elástico porque ha sido capaz de adaptarse a la situación que hemos vivido. Y, por último, un sistema resentido, porque lo hemos sometido a una prueba de estrés sin precedentes como ha sido la COVID-19.

P. ¿Cuáles son los siguientes pasos a dar?

R. Ahora es más necesario que nunca pensar en un nuevo modelo de financiación autonómica y, además, donde la financiación sanitaria, al menos durante algún tiempo, tendría que ser finalista. Siempre he defendido que no lo fuese, pero en este momento, donde se ha resentido tanto el SNS, creo que se beneficiaría la sanidad de este país, también de la comunidad autónoma de Extremadura, en que financiásemos con un coste real.

Quiero insistir en algo muy importante que dice siempre mi presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara: para tener una buena financiación autonómica, primero hay que saber qué sistema nacional de salud queremos para saber qué nos podemos permitir de ese sistema de salud.

“PARA tener una buena financiación autonómica, primera hay que saber qué sns queremos”

La siguiente cuestión es que necesitamos ir incrementando progresivamente aquello que tiene que ver con la formación de los especialistas, con la formación sanitaria especializada. Y, por supuesto, también tenemos que invertir mucho más de lo que hemos hecho durante este tiempo en los sistemas de salud pública.

P. ¿Cómo progresa el proceso de vacunación COVID-19 en la comunidad?

R. Estoy muy agradecido a la sociedad extremeña, que ha confiado en la esperanza que supone la ciencia, y a nuestros profesionales. El hecho de tener más de un 81% de vacunados, es una cifra de cobertura muy alta. No sé si suficiente o necesitamos más, pero, con respecto a otras vacunas, los porcentajes de cobertura que estamos alcanzando en la vacunación COVID-19 son tremendamente importantes.

Los pasos futuros en la vacunación son intentar rescatar a las personas que en un momento determinado decidieron voluntariamente no vacunarse por diferentes razones y que ahora sí quieren. Y, de forma prioritaria, hay que recuperar a aquellas que, por razones de salud o de otro tipo, en este momento se encuentran en un estado de vulnerabilidad. También hay que hacer un esfuerzo en la administración de una dosis adicional. Y, cuando conozcamos los resultados de las investigaciones de la vacuna en edad pediátrica, nos va a marcar también lo que podemos hacer el futuro con este colectivo.

P. ¿Qué novedades han llegado para quedarse tras la pandemia?

R. La no presencialidad en el sistema sanitario para un determinado tipo de atenciones y las medidas no farmacológicas de protección, como el uso de las mascarillas durante determinadas épocas del año, que ha permitido que este invierno los niños no hayan tenido bronquiolitis, al menos, en el nivel que lo tenían. También es el caso de la gripe, aunque no estoy seguro si la gripe ha bajado porque el coronavirus ha ocupado tanto ecosistema que no ha dejado que el virus de la gripe se haya desarrollado o verdaderamente es que las mascarillas y los sistemas de protección que hemos utilizado han servido o, lo que suele ser habitual en la ciencia de la salud, pueden ser las dos cosas.

Además, en la sociedad ha calado algo que durante mucho tiempo se lo hemos arrebatado, que es el control sobre sus procesos de salud y enfermedad. Habíamos medicalizado mucho la sociedad y esto ha hecho que, probablemente, ese control haya vuelto otra vez al seno del individuo y de la familia.

P. La COVID-19 ha tenido gran impacto en la Salud Mental. ¿Qué líneas prevé llevar a cabo su departamento?

R. En los diferentes Consejos Interterritoriales del SNS (CISNS) ya se nos ha anunciado que se está actualizando la Estrategia de Salud Mental en todo el país. Y en Extremadura tenemos un plan integral de Salud Mental, el tercero que ponemos en marcha. Ya estamos trabajando en el cuarto. Las líneas en las que debemos trabajar son el ámbito de la prevención del suicidio, los problemas de salud mental en jóvenes y la incorporación de técnicas no farmacológicas, como la psicoterapia. Vamos a ver cómo sale la Estrategia de Salud Mental del Ministerio, que está contando con la participación de todas las comunidades, y en ese sentido modificaremos el cuarto Plan integral de Salud Mental de la Junta de Extremadura.

Si primero de los planes integrales de salud de Extremadura estaba centrado en eliminar la institucionalización de las personas que tenían problemas de salud mental; el segundo, en eliminar el estigma; y, el tercero, en aumentar las capacidades del sistema de salud mental y tejer una red de dispositivos de salud mental para atender a las personas, ahora el cuarto será un plan donde, recuperando todo de los anteriores, haga frente a una situación post estrés muy importante.

P. La venta de test de autodiagnóstico en farmacias ha sido una de las últimas novedades en llegar para luchar contra la COVID-19. ¿Qué balance hace sobre esta iniciativa?

R. En un SNS como el que tenemos, los test en las oficinas de farmacia, con los sistemas de cribado que hemos tenido en las distintas comunidades, pueden venir a ser un complemento, pero no se han podido incorporar a la estrategia de actuación precoz ante la infección por coronavirus. Creo que el papel de los farmacéuticos es muchísimo más amplio que el que se les ha fiado sobre los test. El papel de los farmacéuticos, tanto comunitarios como los de las oficinas de farmacia, es ser capaces de hacer un rastreo impresionante de los casos y estar concienciando e informando como han hecho.

“Los test en farmacias pueden ser un complemento, pero no se han incorporar a la estrategia de actuación precoz ante la COVID-19”

En las oficinas de farmacia se ha realizado una labor impagable: proporcionar los medicamentos que la sociedad necesitaba para tratarse en los tiempos más complicados. Y, además, acercar esa atención farmacéutica y llevarla hasta el último rincón de nuestras comunidades. La labor de los farmacéuticos, en general, es impagable, aunque los test no hayan aportado un valor muy importante a lo que es la estrategia de detección temprana del coronavirus.

P. Respecto al medio rural… ¿En qué situación está la farmacia en Extremadura?

R. La farmacia rural es fundamental. Cuando la sociedad exige que tiene que haber más guardias, que se tienen que acompasar los horarios de las oficinas de farmacia con los horarios de los puntos de atención continuada o con las urgencias de los centros de salud, yo siempre digo lo mismo: hay que preservar, por encima de todo, la atención farmacéutica. Tenemos algo que proporciona el modelo español de farmacia que no lo proporcionan otros modelos farmacéuticos de otros países. Y lo estamos llevando a todos los pueblos de nuestra comunidad. Afortunadamente, en poblaciones pequeñas, llegamos a muchísimos sitios. La atención farmacéutica para mí es absolutamente importante y, mientras pueda, seguiré apostando por ella.

Hay dos elementos que ponen en riesgo esto. Por un lado, las farmacias de viabilidad económica comprometida, que ahora mismo estamos subvencionando, pero creo que deberíamos ir a otro modelo de convenio o de concierto con los Colegios oficiales de farmacéuticos que nos permitiese pagar no solo por el precio del medicamento, sino también en función a la atención farmacéutica prestada. Y, por otro, que todas las innovaciones terapéuticas son clasificadas de facto de diagnóstico hospitalario, lo que está descapitalizando desde el punto de vista científico a la oficina de farmacia y a la atención primaria de salud. Se debe permitir que esas innovaciones se lleven a las oficinas de farmacia para que sean accesibles y tiene que ser un acuerdo del CISNS.

Me gusta una atención farmacéutica real con el medicamento que se va a administrar en el domicilio del paciente y que éste, a lo único que va a la farmacia hospitalaria es a recogerlo, a que se lo dispensen, pero el resto lo hace en su domicilio. Y el farmacéutico y el profesional de la atención primaria deben estar informados de los riesgos, las interacciones o los efectos adversos de los medicamentos.

P. Y esto nos lleva a la formación de los profesionales…

R. Exacto. Si a un profesional no le llega un medicamento es difícil que esté informado sobre él porque, en principio, no lo va a utilizar. Si una persona tiene una reacción adversa y ni el profesional de atención primaria ni el farmacéutico de la oficina de farmacia están formados para atender esa reacción o decirle al paciente que eso es lo normal que ocurre y que se pasará en las próximas horas, no podrá siquiera asesorarle en ese sentido. Con lo cual, claro que depende de la formación, pero no de la formación especializada, sino de una formación continua.

P. En materia de recursos humanos, ¿qué líneas planean seguir?

R. Hemos incorporado la realización de oposiciones y concurso de traslado cada dos años. Los concursos de traslado queremos hacerlos abiertos y permanentes a nuestra vocación. También hemos empezado el segundo proceso de estabilización de nuestras plantillas. La temporalidad de las plantillas en el ámbito sanitario va creciendo: cuando hicimos la última oposición hace un par de años teníamos una tasa de temporalidad alrededor del 8% y ahora debemos estar más cerca del 20%. La estabilidad del empleo es un elemento a valorar y queremos apostar por esas dos herramientas: por un lado, oposiciones y concursos de traslado, y, por otro lado, procesos de estabilización de gente que lleva tiempo trabajando con nosotros.

“Queremos apostar por oposiciones y concursos de traslado y por procesos de estabilización”

En segundo lugar, hemos recuperado derechos, como días libres, que no estaban reconocidos; determinados complementos, que no se pagaban; horarios más adecuados: en 2022 vamos a hacer efectivas las 37 horas y media en lugar de las 40 horas de antes.

Hemos incentivado las zonas de difícil cobertura, no económicamente, sino que al profesional se le puntúa más por el tiempo que trabaja en esa zona. Además, puede volver a incorporarse a la lista de interinidades y puede ser llamada a una zona que esté más centrada geográficamente. No se le penaliza, esto lo puede hacer a los 2 años de haber estado allí y puede mejorar su empleo acercando a la zona donde ese profesional quiera trabajar. Con respecto a la formación sanitaria especializada, la hemos incrementado muchísimo: este año vamos a ofertar 98 plazas en la próxima convocatoria.

Hemos llevado una propuesta doble a la Comisión de recursos humanos: ante la escasez que tenemos en estos momentos, con el examen MIR o cualquier examen para acceder a la condición de interno residente, deberíamos permitir acceder al mismo tiempo a una situación de estatutario en periodo de prácticas, que se consolidarían al final de la especialidad y pasaría a ser estatutario del sistema nacional. La segunda vía es que, si cada ciudadano español ha contribuido con sus impuestos a que tengamos uno de los sistemas de formación sanitaria especializada más valorados, parecería lógico que, al menos durante algún tiempo, esas personas compensasen de alguna forma al sistema tan excelente que les ha formado y dedicasen una parte de su tiempo a permanecer en el sistema sanitario público en el sitio donde se les haya formado.

P. ¿Cómo valora la gestión de la pandemia a nivel nacional? ¿Hasta qué punto tenemos un modelo de cogobernanza real?

R. Creo que las cosas no se pueden evaluar en caliente, porque no hemos salido de la pandemia todavía para saber qué es lo que hemos hecho y porque ahora solo están saliendo los datos malos, tanto de fallecimientos como de enfermedad. Llegará un momento en que se pueda ver con perspectiva y se vea cuántas muertes hemos evitado por haber hecho una estrategia de vacunación o unos cribados. Todavía no sabemos lo que se ha evitado porque no ha pasado el tiempo suficiente.

Por otro lado, la COVID-19 ha puesto a prueba a todos los poderes el estado. Lo que no se le puede achacar al Gobierno es que no haya tenido voluntad de cogobernanza. El hecho de haber celebrado al menos un CISNS por semana, quiere decir que el Gobierno y las comunidades han puesto todo de su parte por tener un sistema de cogobernanza. Creo que se ha actuado con una cohesión muy importante.

P. ¿Qué lecciones se pueden extraer de la COVID-19?

La pandemia nos ha enseñado una vía formidable: la compra centralizada. También hemos trabajado en algo muy importante: el proceso de vacunación. Hemos aprovechado toda la potencia europea para negociar la vacuna. Si cada país hubiese ido por su cuenta, hubiese sido un mercadeo. Esto nos enseña que una cierta cohesión y cogobernanza dentro del SNS es absolutamente necesario. Yo a eso no renunciaría.

“Hemos aprovechado toda la potencia europea para negociar la vacuna”

Tenemos que invertir mucho más en el ámbito de la salud pública de forma global. Esto es algo muy importante de lo que tenemos que sacar enseñanza. Y una enseñanza última: la persona tiene que notar una continuidad en los cuidados. Tiene que notar una continuidad en la prestación de los servicios de protección social y en los cuidados sanitarios. Eso lo hemos visto con las terribles cifras de las residencias, pero que también se puede llevar al ámbito de la vulnerabilidad y fragilidad que puedan tener esas personas en el domicilio. Con lo cual, la AP es tremendamente importante, con el desarrollo del papel de todos los profesionales que están dentro de los equipos de AP.

P. ¿En qué empleará Extremadura los fondos europeos?

Los fondos Next Generation EU no son un dinero que se pueda destinar a gasto recurrente en el tiempo, es decir, no podemos destinar los fondos a contratar profesionales, porque estaríamos haciendo trampas al solitario. Tendríamos dinero durante al año 2021, 2022, 2023, pero en el año 2024, ¿qué pasaría? ¿Con qué dinero los contratamos? Por lo tanto, en los gastos que son gastos recurrentes Next Generation EU no sirve.

Afortunadamente, durante este tiempo hemos tenido los REACT-EU, que dependen también del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Nos ha permito dar respuesta a unas necesidades de personal incrementales que teníamos durante la pandemia, eso no se puede consolidar en lo que son las plantillas. Creo que esto tiene que ser un esfuerzo de la financiación autonómica.

Nosotros disfrutaremos de un programa operativo, que se abre este año, que nos servirá también para apoyar en una parte a la sanidad. Pero en ese programa operativo hay más cosas. Por lo tanto, yo creo que cada una de las fuentes de financiación tiene un objetivo.

Yo creo que Next Generation EU es para aumentar las capacidades y REACT-EU, para soportar las necesidades de incremento que hemos tenido durante todo este tiempo. El programa operativo que se pondrá en marcha ahora de fondos europeos nos permitirá dotarnos con unas estructuras y unas infraestructuras sanitarias acordes a una nueva realidad. Pero todo eso para que funcione tiene que estar asegurado a una financiación autonómica.