En octubre de 2020, el que fuera presidente de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (SEMES), Juan Jorge González Armengol, llegó a la viceconsejería de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid. Inmerso, como especialista, en la asistencia sanitaria durante la primera ola, su experiencia está sirviendo para afrontar los vaivenes que la pandemia está arrastrando.
Pregunta. ¿Cuál es la estrategia actual de la política sanitaria en la Comunidad de Madrid?
Respuesta. El Gobierno está tirando para adelante con el Plan que trazamos. Con respecto al SERMAS, 2020 ha estado condicionado por la pandemia. Se ha hecho un esfuerzo muy grande donde se han aprovechado las sinergias; la voluntad; y el enorme trabajo de todos los profesionales en todos los ámbitos: atención primaria, servicios de emergencias y atención hospitalaria.
En la primera parte hubo una multidisciplinariedad espontánea con un 90% de los centros de atención primaria haciendo consulta telemática. Además, contamos también con la cobertura que nos dio en su momento IFEMA, con un perfil de pacientes que ha sido completamente distinto a lo que ha sido luego el Hospital Zendal.
Por otra parte, hay que tener en cuenta la evolución epidemiológica. Nos encontramos con que en febrero ya había transmisión comunitaria y un brote muy importante que significó un acúmulo de pacientes en el sistema. No se diagnosticaba más allá del 1 por ciento, y la mayoría de los pacientes eran mayores de 65 años. Los pacientes que acudían al hospital eran pacientes graves o muy graves. Además, había una falta muy importante de suministros y se hizo un esfuerzo enorme en este caso. Hay que recordar que la propia Comunidad de Madrid contó con aviones que facilitaron una cantidad importante de suministros, fue impresionante. Sin olvidar la adaptación de estructuras que se llevó a cabo, que puso en valor toda la implicación de los profesionales; desde los gerentes, jefes de gestión, enfermería, etcétera.
El confinamiento duró más tiempo de lo que debería haber durado, visto ahora con perspectiva. Se fue retomando la actividad y a partir de julio, agosto y septiembre y nos permitió mantener una actividad importante, en cuanto a actividad no COVID.
En la segunda y tercera ola la situación ha cambiado al tener provisiones y tener una reserva en potencia estratégica.
Precisamente, en la segunda ola la actividad COVID no llegó a superar a la no COVID, tampoco ha ocurrido en la tercera. Hay muchísima más actividad no COVID en todos los centros. Esto es muy importante y aquí incluyo también a atención primaria.
La revolución diagnóstica que tuvimos en cuanto a los test de antígenos fue enorme y ha supuesto una revolución en el manejo de la pandemia.
En la segunda ola, el 50-60 por ciento de los pacientes que se diagnosticaron eran asintomáticos, con un perfil de edad menor. Hay que tener en cuenta que el uso de mascarillas, la distancia física y el resto de recomendaciones en España tiene una implementación muy grande. Todo ello hace que el enfoque en las tres olas haya sido completamente distinto.
En la tercera ola, con la afectación que hubo en Madrid que ha sido mayor que en otras comunidades, tenemos un grado de inmunidad que al menos dobla a lo que había en otras comunidades. A finales de diciembre empezamos a ver un perfil de transmisión diferente. Curiosamente con Filomena comprobamos que hubo un confinamiento obligado, y produjo un aumento de la transmisibilidad en lo que son núcleos familiares. Fue todo lo contrario a lo que podíamos esperar.
El enfoque de la Comunidad de Madrid ha estado centrado además del sistema sanitario, en otros sectores de la sociedad. Esa convivencia es un hecho diferencial, a partir de la sensibilidad que ha tenido el Gobierno de la Comunidad.
Estamos convencidos de lo que estamos haciendo. Tenemos un grado de inmunidad que ahora mismo es desconocido, pero es importante. Prácticamente teniendo en cuenta el grado de vacunación que llevamos, que es bastante elevado en grupos vulnerables; tenemos prácticamente la mitad de la gente mayor vacunada; prácticamente todas las residencias; los profesionales sanitarios con las dos dosis. Todo eso hace que muchos grupos vulnerables que se vieron bastante afectados, ahora tengan un grado de protección mucho mayor de lo que había tanto en la primera como en la segunda ola. Es muy importante el comportamiento social. En sitios de alta densidad como la Comunidad de Madrid también tiene su importancia. Cuando se impuso un cierre en la Comunidad vimos una cantidad enorme mucho mayor de movimientos internos que implicó también un mayor grado de contagios.
“El enfoque de la Comunidad de Madrid ha estado centrado además del sistema sanitario, en otros sectores de la sociedad. Esa convivencia es un hecho diferencial, a partir de la sensibilidad que ha tenido el Gobierno de la Comunidad”
P. ¿En qué punto están actualmente?
R. Estamos haciendo una adaptación a las circunstancias y ahora se añade el tema electoral, pero tiene más que ver con la gestión habitual. El Gobierno sigue gestionando independientemente de que estemos en el periodo que estemos. Nuestro foco está en programa de listas de espera. Además, todo lo que hemos hecho con las unidades de cuidados intermedios ha sido un factor diferencial de la Comunidad de Madrid. En la primera ola, los pacientes iban a las UCIS, ahora con estas unidades hemos evitado muchas intubaciones. Y en este aspecto, el Zendal ha dado una cobertura de casi 100 camas, que es algo espectacular.
P. ¿Cómo va el ritmo de vacunación frente a la COVID-19 en la Comunidad?
R. Ahora mismo estamos al albur de lo que digan las autoridades en cuanto a la vacuna de Astrazeneca. España se ha unido a otros países con una suspensión cautelar por una serie de casos que se asocian temporalmente con vacunación. Hay que ver si es causa o casualidad. En eso están las agencias. De momento, y a pesar nuestro, estamos a lo que diga el Ministerio de Sanidad y veremos a ver las consecuencias que tiene. Nos preocupa un poco porque no estamos en un ritmo de vacunación óptimo por el suministro de vacunas. Estamos con un 80-90% de implementación de dosis. El siguiente grupo añadido serán pacientes con comorbilidades. Una decisión que se ha tomado en el CISNS… Nos gustaría estar ya vacunando ya de forma masiva. Hemos tenido que utilizar atención primaria y ni siquiera, de momento, los hospitales. Zendal nos está dando una cobertura muy grande por el tema de la vacunación.
“Nos gustaría estar ya vacunando de forma masiva”
P. La expectativa marcada a nivel nacional es la de alcanzar ese famoso 70 por ciento de cobertura, ¿es responsable trasladarlo a la población?
R. Hemos llegado a poner más de 35.000 vacunas en un día, tirando además de una parte del sistema como es atención primaria, pero tenemos muchísima más capacidad. Tendríamos capacidad de poner más de 100.000 vacunas al día. Si a nosotros nos llegan vacunas, logísticamente tenemos previsto un plan, porque tenemos varios escenarios planteados en función del número de vacunas que nos llegue. En el caso de que se reinicie la vacunación de Astrazeneca y se apruebe la de Janssen, tenemos planificado el cómo, y qué espacios para vacunar. Ojalá que sea por un número desorbitado de vacunas. Pero tienen que llegar.
Desde luego que el esfuerzo que ha hecho la ciencia en toda la pandemia es un hito en la historia de la humanidad.
“Desde luego que el esfuerzo que ha hecho la ciencia en toda la pandemia es un hito en la historia de la humanidad”
P. Hace unos meses dieron un paso al frente con la puesta en marcha del Zendal… ¿Qué ha supuesto para la Comunidad de Madrid en términos de ‘descongestión’ del resto de hospitales del Sermas?
R. Pongo en antecedentes. Ifema fue un hospital de campaña que desahogó de forma muy importante al sistema y sirvió de base, dentro de lo que es el principio de precaución, al Zendal. En octubre hicimos una adaptación del plan funcional de lo que fue Ifema. Desde luego que fue un hito el hecho de haberlo construido en tres meses que es algo único. El Zendal tiene muchas potenciales capacidades de todo tipo y condición. Como hospital de pandemias completa lo que ha sido un trabajo en red, que es lo más importante de la Sanidad. Todos estos meses ha estado marcado por el trabajo en red: el corredor de UCRI es el ejemplo paradigmático del trabajo en red. Zendal ha dado una cobertura importantísima con un perfil de pacientes completamente distintos a los que mandamos a IFEMA en su momento. Son pacientes graves o potencialmente muy graves con insuficiencia respiratoria. La cobertura que nos ha dado de desahogo ha sido importante. Además, ha habido una implicación por parte de todo el sistema enorme. Ahora, hemos iniciado los trabajos para crear una unidad de rehabilitación post COVID de pacientes que han permanecido largo tiempo en las unidades de cuidados intensivos. Estamos trabajando ahora con el resto de los hospitales.
P. ¿Qué se espera del Zendal en el futuro?
R. Incluso en el presente. Va a ser la base importante del SUMMA, del laboratorio de Salud Pública, y luego ya veremos en listas de espera diagnósticas el tipo de cobertura que llega a tener. En la Comunidad de Madrid tenemos todos un perfil muy sanitario y venimos de la práctica asistencial, de ahí la adaptación, y la elasticidad… Todo ha sido un ejercicio continuo de reingeniería a la hora de dedicar espacios y recursos en este periodo concreto. El Zendal ha dado ese tipo de cobertura y con el tiempo dará la cobertura que sea precisa y que consideremos que sea importante. Hay que recordar que es un hospital público, por lo que puede tener muchísimas utilidades como por ejemplo con las epidemias de gripe… El Zendal tiene muchas prestaciones. Aparte, uno de los pabellones es un enorme almacén que va a tener una cobertura tremenda. Teníamos un problema muy importante de almacenaje y suministros en la Comunidad de Madrid. Probablemente, sea también un escenario potencial a la hora de convertirlo en sitio de excelencia de unidades de élite, incluso internacionales.
P. Precisamente, remarca el perfil sanitario de la gestión en la Comunidad de Madrid, ¿es ese el valor diferencial?
R. Yo reivindico el papel de los gestores en sí mismo. En la parte asistencial el trabajo diario nuestra era con los gestores del hospital; trabajando codo a codo con las unidades de gestión en reuniones diarias, con los comités de emergencia que elaboraban los planes de contingencia tanto en la escalada como la desescalada… No me es indiferente lo que puedan sentir y pensar muchos profesionales que están trabajando en los diferentes entornos. Para mí ha sido novedoso. Pensaba que conocía bien el sistema, pero he llegado a conocer mejor lo que es atención primaria. Como se ha dicho tantas veces desmiento categóricamente que la atención primaria de Madrid esté en una situación como describen algunas personas. Tenemos una AP excelente, de las mejores de España: con una dotación, unos RR.HH., unos profesionales con una alegría y una sensación de bien hacer y reivindicación de su trabajo, e ideas claras, así como apego a los pacientes. Madrid está para presumir de la AP que tiene. Tenemos una AP que merece la pena, lo que no significa no dar respuesta como en otros entornos, a otros asuntos que son potencialmente mejorable, pero se parte de un grado de excelencia amplio.
P. Más allá de esta pandemia… Cuestiones como la Salud Mental, o el Cáncer siguen en primera línea… ¿En qué sentido está trabajando la Comunidad de Madrid?
R. Debemos convenir de que hay probablemente una morbilidad oculta que ya veremos los años que nos dura. Cuando llegué a la Comunidad de Madrid con las diferentes olas me he dedicado a planificar la parte no COVID. Estamos inmersos trabajando con los cirujanos, anestesia y enfermería en el Plan de Listas de Espera. Hemos hecho una pequeña adaptación utilizando hospitales de apoyo como Santa Cristina y Cruz Roja y hemos liberado bastante lista que se ha generado en estos días.
En la parte de Salud Mental se hizo un plan adaptado al propio COVID. Esta pandemia acompaña a otras pandemias. Desde el punto de vista sanitario y social. Nosotros no miramos solamente el entorno sanitario, miramos como Gobierno a otros sectores de la sociedad. Esa es la realidad. Uno de los temas que más nos preocupa es el Plan de Salud Mental. Se ha elaborado el siguiente y se está haciendo una valoración del presupuesto que va a llevar. Otro asunto muy importante es el Plan de Adicciones, vamos a ver cómo lo enfocamos, porque para nosotros tiene una importancia grande.
Por otra parte, La estrategia de oncología a partir del Plan Regional lo estamos haciendo en este caso en conexión con el Ministerio. Para nosotros es algo prioritario. Trabajamos con todos los servicios de oncología a través del Plan Regional de Oncología. Además, vamos a identificar todos los programas de screening. Es necesario adelantarnos al posible potencial retraso que la COVID ha podido ocasionar con el tiempo, que generará más morbilidad desde todos los puntos de vista.
Hemos utilizado mucho el mensaje de la responsabilidad y poco el mensaje del miedo, porque hemos comprobado que el miedo genera más morbilidad. Había pacientes, sobre todo al principio, que necesitaban atención y que no se acercaban al sistema. En una pandemia no te puedes paralizar.
P. Madrid ha sido pionera en contar con las farmacias, ¿Irá a más la estrategia?
R. Madrid no ha distinguido de lo que es el sistema público y privado. Ha habido una colaboración absoluta en todos los sentidos. Con respecto a las farmacias exactamente lo mismo. Nosotros colaboramos con una parte sustancial de la atención sanitaria. Colaboramos con las farmacias en el tema de la capacidad de diagnóstico. En este caso ya se está llevando adelante y esperamos que la colaboración se siga dando en todas aquellas circunstancias que se precisen, especialmente circunstancias especiales, que seguiremos viviendo en los últimos meses. La interlocución con el sistema de farmacia es óptima.
P. Este mes se cumple un año de la pandemia… Teniendo en cuenta los pasos que se han dado desde la Comunidad, ¿Qué cuestiones cree que han llegado para quedarse en materia de gestión; asistencia (como la telemedicina); o política farmacéutica?
R. El trabajo en red efectivo. Además, la regulación de la consulta telemática. Partiendo del hecho de que se ha implementado y tenemos que hacer un esfuerzo enorme de regulación y de explicación. Ha venido para quedarse también en cuanto a atención especializada. Tendrá que ir acompañado de la correspondiente regulación, diferenciación, caracterización y explicación.
P. Madrid ha sido la Comunidad más observada… ¿Cree que se ha sido poco empático con la gestión?
R. Todas las determinaciones que tomamos son desde el punto de vista técnico. A partir de lo que ocurrió en la primera fase, no es una postura personal, la propia OMS sacó documentos claros en abril diciendo que hay que tener en cuenta la gestión de la propia pandemia, la gestión de los programas sanitarios no asociados a la propia pandemia; y no perder de vista el presente y futuro de la situación socioeconómica que acompaña una pandemia. Partimos de la base de que esta pandemia no viene con evidencias escritas, sino que vamos escribiendo su historia natural. La evidencia nos lleva a que la mayoría de los brotes aparecen en sitios como los entornos privados. El toque de queda ha sido efectivo porque ha evitado aglomeraciones, pero los restaurantes son espacios más seguros que sitios no controlados privados. Todos los fines de semana se desmantelan fiestas… Con medidas estrictas se han dado brotes severos. Para nosotros es importante también el grado de inmunidad que ha podido alcanzar; la tasa de vacunación… todo ese tipo de factores es muy importante a la hora de planificar. Hay que ser sensibles a todos los sectores de la sociedad. Una sociedad empobrecida tiene gravísimos problemas en su sistema sanitario. Nos preocupa mucho el medio plazo pero también el largo plazo.