Sira Repollés, cogió los mandos de un “trasatlántico” -la Consejería de Sanidad de Aragón– en un momento de aguas bravas o lo que es lo mismo en plena crisis sanitaria de la COVID-19. Según cuenta en una entrevista con Gaceta Médica, la ginecóloga tuvo que cambiar de un día para otro el EPI en un hospital por el despacho en la consejería por “responsabilidad social”. La aragonesa tiene claro que se debe invertir en la telemedicina en un territorio como es el que gestiona: muy despoblado, rural y con población envejecida, para así garantizar el acceso a prestaciones sanitarias a todos los ciudadanos.

Pregunta. La primera pregunta es obligada. Usted se situó al frente de la consejería más difícil de gestionar en el momento más complicado. ¿Cómo fue tomar los mandos en ese momento y cuál ha sido el camino hasta el actual?

Respuesta. Efectivamente yo entré justo el 14 de mayo, en plena pandemia de COVID. No era mi intención haber llegado a ser consejera de Sanidad, de hecho, yo estaba trabajando en mi hospital, el sábado salí de una guardia donde hice una cesárea con material de protección y el martes era consejera de sanidad. Me llamó el presidente Lamban y me dijo que necesitaban una persona de mi perfil, y por responsabilidad social accedí al puesto, evidentemente sin experiencia previa en la gestión y menos en la gestión de una pandemia.
Mi mérito ha sido saber trabajar en equipo, saber delegar y tener ideas claras. Cuando llegué aquí, contaba con un grupo de gente muy entregada, profesional y muy buenos técnicos, así que tuvimos la capacidad de ir todos a una y basarnos en las decisiones científicas porque el momento así lo requería, eso nos permitió gestionar la COVID-19 con cierta coherencia. Ahora estamos con la post pandemia y lo que es un departamento de Sanidad que es como un trasatlántico porque tiene muchas versiones e implica muchísimas personas: solamente en salud tenemos 22.000 trabajadores, es la mayor empresa que tiene Aragón, implica profesionales de todo tipo.

P. ¿Qué retos enfrenta este fin de legislatura?

R. Creo que veníamos de una situación muy comprometida, de la mayor emergencia sanitaria, esto ha tenido unas consecuencias, pero también nos ha abierto los ojos a unas necesidades. Por ello, tenemos que redirigir las políticas de los departamentos de Sanidad, a una medicina más eficiente y a una medicina más del futuro. Siempre se habla de la medicina 5P como algo que es muy hetero, pero yo creo que está muy en sintonía en lo que es la realidad. Tenemos que trabajar más en medicina preventiva, en medicina de precisión, en medicina para toda la población, en establecer políticas que generen salud y que vayan más en el ámbito preventivo que en el ámbito curativo.

Además, tener acceso a las nuevas terapias y dar salida a problemas más concretos como puede ser el déficit de especialistas, para lo que deberemos tener soluciones imaginativas para sacarlo adelante. No nos podemos olvidar de las listas de espera a consecuencia también de la COVID-19.

P. Una de las “buenas noticias” que trajo la pandemia, fue la llegada de fondos extraordinarios desde Europa, lo que puede suponer un salto de calidad en sanidad. ¿Cómo ha organizado la comunidad esta inversión y a qué proyectos los dedica?

R. Los fondos que han llegado de Europa son en gran parte fondos finalistas y muy dedicados específicamente a algunas misiones o conclusiones importantes. En primer lugar: los fondos del Plan INVEAT para la renovación de equipamientos. Nosotros hemos recibido 26 millones de euros, lo cual nos va a permitir no solo la renovación sino la adquisición de nuevos aparatos que permitirá tener, por ejemplo, radioterapia en las tres provincias de Aragón. Esto nos permitirá homogeneizar el territorio, cohesionarlo y avanzar realmente en nuevas terapias e innovación tecnológica.

Asimismo, tenemos los fondos dedicados a atención primaria, el primer nivel asistencial ha sido la barrera y el punto donde ha pivotado en nuestro caso sobre todo la vacunación, también la gestión de la pandemia. Se ha demostrado que es potente y elástica, pero tiene muchas deficiencias que pensamos que una medicina del futuro tiene que intentar solventar, para eso tenemos los fondos para atención primaria donde nos encargaremos de incrementar las capacidades diagnósticas con compra de aparatos que nos permitan trabajar en red.

Además, vamos a invertir mucho en sistemas de telemedicina que para un territorio como el nuestro es básico y fundamental para poder cohesionar el territorio y para que la gente tenga accesibilidad. Necesitamos que en un territorito como el nuestro que es muy despoblado y con población envejecida tenga unos sistemas de información y de telecomunicación que nos permita tomar decisiones compartidas y controlar a nuestros pacientes.

P. La COVID ha puesto el acento precisamente en la necesidad de prestar una especial atención a la salud mental. ¿Cómo trabaja Aragón en esta importante área? ¿Es factible en la práctica articular medidas transversales con educación y asistencia social?

R. Dentro de nuestra estrategia de suicidio que además la hicimos antes de que el sistema nacional de salud recomendase a todas las CC. AA. que debíamos tener una, desarrollamos una vertiente sobre la prevención y detección del acoso escolar en las escuelas. Desde esta iniciativa, partió un programa de detección precoz de las tentativas de suicidio o de los potenciales riesgos de los niños de tener un problema de salud mental. Se desarrollaron sistemas de información que permiten que podamos tener información en tiempo real al tenerla cruzada con educación, podemos volcar los datos en una base de datos donde están los colegios registrados de manera que la información es transversal, lo que nos permite detectar diariamente todos aquellos casos que son susceptibles de poderlos estudiar, clasificarlos en virtud de su agudeza o de los signos de alarma y tomar actuaciones al respecto. Está funcionando muy bien, nos ha sorprendido la gran cantidad de avisos y de alertas que nos llegan.

Respecto al resto de salud mental estamos haciendo inversiones para la hospitalización infanto-juvenil con el incremento del número de camas en los dos hospitales y la creación de un dispositivo específico de media o larga estancia para salud mental infanto-juvenil. El resto de los servicios se realizan de manera muy pionera con una red comunitaria, con entidades del tercer sector, centros ocupacionales y espacios muy abiertos. También vamos a hacer la nueva unidad del Hospital Miguel Servet con un nuevo concepto de humanización de manera que los pacientes que sean ingresados tengan un huerto, servicios de rehabilitación, contactos con las familias… Creo que o estamos avanzando muchísimo en la humanización de estos tratamientos, en la reinserción y en que estas personas tengan un proyecto vital.

P. Hablemos de cáncer, una de las enfermedades más prevalente en nuestros Sistemas Nacionales de Salud. ¿Qué líneas sigue Aragón en prevención, diagnóstico y tratamientos?

R. Tenemos la línea de prevención del cáncer de mama, que está funcionando hace muchos años y bien, llegando hasta el 75 por ciento de la población diana. Se ha reinstaurado tras la pandemia de forma casi inmediata y en estos momentos estamos en un horizonte temporal más o menos como antes de la pandemia. En cáncer de colon Aragón a través del instituto de investigación sanitaria tiene mucha investigación, con lo que hay proyectos muy interesantes incluso uno para modificar el cribado y afinar más. En cuanto al nuevo cribado del cáncer de cérvix, cae en manos de atención primaria y de las matronas y estamos planteando incluir algunas novedades importantes. Se ha hablado de otros cribados como el de cáncer de pulmón, y estamos muy interesados y en sintonía con los organismos europeos para participar, pero en estos momentos está en una fase experimental.

A nivel de diagnóstico y tratamientos, gracias al Plan INVEAT podremos tener tratamientos radioterápicos en toda la Comunidad Autónoma. Tenemos un proyecto muy innovador que es de la Unidad Central de Medicina Nuclear que permite en un territorio como el nuestro, se desplace el servicio de medicina nuclear a los hospitales periféricos de todas las provincias y que se realicen las consultas de radioterapia. Actualmente todavía tienen que poner el tratamiento radioterápico en Zaragoza capital, pero con el plan INVEAT conseguiremos que incluso los tratamientos sean allí, de manera que todo el territorio tendrá la misma asistencia respecto a la radioterapia del cáncer, respecto a la quimioterapia por supuesto también. Tenemos establecidos los circuitos, porque el gobierno de Aragón tiene que garantizar que cualquier ciudadano viva donde viva tenga el acceso a los tratamientos y en las mismas condiciones.

P. Uno de los grandes desafíos en salud es el de mejorar el acceso a tratamientos innovadores, algo que afecta de pleno a (entre otros) los pacientes oncológicos. ¿Qué propone la consejería para mejorar la situación actual respecto a otros países?

R. Desde luego que sabemos que los tratamientos innovadores son el futuro y son una oportunidad para los enfermos especialmente oncológicos. De hecho, en la parte de investigación, que yo pongo siempre en valor porque Aragón tiene un gran tejido investigador, estamos trabajando en muchas terapias personalizadas. En lo que respecta a tratamiento innovadores, sabemos que precisamente los periodos por los que pasa un medicamento desde su posible comercialización hasta que se puede incluir en la cartera de servicios, son largos y tenemos margen de mejora trabajando juntos en el SNS. Creo que tendría que ser una acción a nivel central. Pero desde luego, hay margen de mejora y tenemos que trabajar en ese sentido para que los medicamentos que tengan demostrada la fiabilidad, eficiencia y eficacia, los pongamos en marcha antes.

P. También lo es (un desafío) la situación a la que se enfrentan el SNS en recursos humanos. ¿Qué escenario existe en la comunidad? ¿Qué dificultades tienen para cubrir plazas en zonas del entorno rural?

R. La situación en la que nos encontramos es la misma que el resto de CC. AA. hay un déficit de especialistas y sobre todo de médicos de atención primaria, que son los que ejercen la atención asistencial fundamentalmente en el mundo rural. Además, también tenemos alguna dificultad con hospitales periféricos para especialidades hospitalarias.
En Aragón posiblemente agravado por la necesidad de recursos que tenemos por las características de nuestra población y las características demográficas -solo Zaragoza tiene 700.000 habitantes y el resto de la Comunidad Autónoma 600.000- exige que tengamos que emplear muchísimos recursos para poder atender a la población porque sabemos que la atención sanitaria es el garante de la equidad en un territorio y no podemos permitir que la equidad en un territorio rural tenga menos prestaciones o peor acceso a una prestación.
Necesariamente tendremos que darle una vuelta ante la dificultad para encontrar especialistas que vayan al mundo rural y mantener la asistencia de calidad y la accesibilidad. Esto puede ser gracias a la telemedicina, vamos a hacer una gran inversión en ese sentido con soluciones nuevas de video consultas, de interconsultas virtuales, tele monitorización en domicilios para pacientes ancianos o crónicos, o incluso con las residencias, de hecho, somos líderes en un proyecto de tele monitorización en residencias.

P. ¿Qué recursos van destinados al primer nivel asistencial en vuestro servicio de salud? ¿Hay previsión de incrementar la inversión en primaria?

R. Siempre digo que dudo que haya alguna Comunidad Autónoma que sepa exactamente qué porcentaje de su gasto o presupuesto se dedica a atención primaria, porque si incluimos en ese porcentaje las pruebas diagnósticas que se solicitan desde el primer nivel asistencial o por ejemplo los tratamientos farmacológicos que se administran en atención primaria, seguro que superaríamos ese teórico 25 por ciento que tendría que estar dedicado a atención primaria. De hecho, hemos hecho una estimación y estaríamos en torno a un 30 por ciento, aunque esto no quiere decir que no tengamos que hacer más inversión.
En este momento el plan de atención primaria para 22-23 contempla un presupuesto de 20,2 millones de euros, que seguramente se podrá ver incrementado un poco más con alguna de las acciones a través de salud digital y con algunos fondos específicos de la CC.AA. Desde luego no escatimaremos recursos porque lo que tenemos que dar es una asistencia de calidad en Atención Primaria especialmente.

P. Los farmacéuticos llevan tiempo solicitando una mayor integración en el sistema nacional de salud, ¿Qué papel juega la farmacia y los farmacéuticos en la Comunidad Autónoma?

R. Yo creo que juegan un papel fundamental, son unos activos comunitarios excelentes y de primera orden en el mundo rural. Son insustituibles como provisión de servicio de salud y desde luego durante la pandemia la colaboración con la farmacia ha sido clave, ya no solo desde el punto de vista operativo donde en las peores épocas se encargaban de llevar la medicación a los domicilios, sino que se han tenido experiencias innovadoras como son los avisos en la interrelación con las bases de datos de algunos centros de salud con sus farmacias de zona.

Durante la época COVID nosotros fuimos la primera Comunidad Autónoma que permitió que se hicieran test en las farmacias y que además los farmacéuticos pudiesen sacar un certificado COVID de recuperación de enfermedad válido en nuestra Comunidad Autónoma y para viajar. En la compra de test y en el proceso de vacunación ellos fueron los encargados de aliviar la brecha digital que podía existir con las personas mayores ya que el acceso a la vacunación en Aragón fue a través de la app o de salud informa. Seguimos en comunicación y seguiremos con una colaboración que consideramos que es indispensable.

P. ¿Se plantea Aragón renovar la regulación específica en farmacia como ha sucedido en otras comunidades para, entre otros asuntos traídos por la COVID, estandarizar normativamente la atención farmacéutica domiciliaria?

R. Nosotros estamos en sintonía con aumentar la relación con las farmacias e incrementar las competencias, incluso lo vemos como un papel fundamental a la hora de sumar al sistema de salud. Lo que específicamente sea normativa regulatoria de atención domiciliaria tal y como he dicho en los nuevos medicamentos yo creo que necesitamos una normativa a nivel nacional todas las comunidades autónomas y si se llega a un consenso en el cual podemos poner en valor esas nuevas competencias o que las farmacias adquieran esas nuevas competencias pues desde luego que estaremos totalmente a favor.

P. En el camino hacia descentralización, está pendiente la decisión de una sede para la Agencia de Salud Pública, para la cual Aragón se ha ‘postulado’. ¿Qué fortaleza exhibe la comunidad en esta área para conseguir una decisión favorable? ¿Qué puntos llevará como ‘candidatura’?

R. En primer lugar, la fortaleza es la excelente situación geográfica ya que nos encontramos a 300km de Madrid y a 300 Km de Barcelona, también contamos con muy buenas comunicaciones con Francia. En segundo lugar, nuestra gran infraestructura logística, Aragón tiene una plataforma con gran funcionamiento que ha hecho que empresas especialmente del sector farmacéutico, se quieran instaurar en la CC.AA., lo que es un polo de atracción para poder ser la sede de la agencia.
Creo que uno de los puntos más importantes es que hemos desarrollado sistemas de información muy potentes que nos permitan trabajar en red, que es lo que se esperaría de una agencia descentralizada y además sistemas de información y procesamiento de datos que han dado origen a lo que es el BIGAN, un instrumento aragonés de un lago de datos que nos permite sacar conclusiones muy certeras de problemas de salud pública.

Asimismo, tenemos el instituto de investigación sanitaria, el instituto aragonés de ciencia de la salud que además es una agencia evaluadora de tecnologías.

P. Los pacientes cada vez ganan más peso y solicitan en muchas ocasiones formar parte de la toma de decisiones en el proceso asistencial ¿Tiene articulado Aragón alguna forma específica para dar voz a los pacientes?

R. Sí, en Aragón nos hemos caracterizado por ser una CC. AA. que da mucha importancia a la participación ciudadana, contamos con el Fórum de pacientes: asociaciones de pacientes y profesionales que son depositarios de algunas iniciativas que se presentan al departamento de sanidad.

Pero sobre todo contamos con los consejos de salud, por un lado, los de zona y por otro el de Aragón. Todas las decisiones que tomamos de calado respecto a la asistencia sanitaria en la comunidad autónoma pasan por el consejo de salud de Aragón, que es el mayor órgano de participación ciudadana que tenemos. En él están tanto los partidos políticos como las sociedades profesionales, administraciones locales o administraciones autonómica de otra índole, así como las asociaciones de pacientes. Tenemos un tejido de participación que es para nosotros básico y fundamental.

P. ¿Cuáles son las claves del servicio Aragón de salud y cómo organiza su modelo de atención sanitaria?

R. A lo largo de la entrevista ya se ha vislumbrado que las peculiaridades de nuestra Comunidad Autónoma y las peculiaridades de sus habitantes son las que nos marcan las políticas sanitarias. Una población dispersa, envejecida, con alta carga de cronicidad y con mucha necesidad de cuidados más que de tratamientos de enfermedades agudas. Ahí es donde tenemos que poner el foco, los cuidados socio sanitarios van a ser un pilar fundamental a partir de ahora en lo que va a ser el sistema sanitario, la potenciación de la cercanía y la accesibilidad de las zonas rurales, la posibilidad de toma de decisiones compartidas a través de sistemas de información y de sistemas de salud digital, hacer que el hospital se abra a lo que es el resto de la comunidad autónoma, trabajar mucho en salud púbica. Por supuesto sin dejar atrás la medicina 5P.