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viernes, 29 marzo 2024

Alejandro Vázquez: “Somos la CC. AA. que más presupuesto dedica a salud pública”

EDS entrevista a Alejandro Vázquez, consejero de Sanidad de Castilla y León

Mario Ruiz
Mario Ruiz
Redactor de Gaceta Médica

El número uno del paseo de Zorrilla, en Valladolid, alberga en sus instalaciones la Consejería de Sanidad de Castilla y León. Su máximo responsable, Alejandro Vázquez, ha recibido a EDS en su interior para profundizar en la radiografía del sector a nivel nacional y, como no podía ser de otra forma, a nivel regional. En este sentido, destaca algunas ‘novedades’ que contemplan para el curso que viene.

Pregunta. El mayor desarrollo de la medicina de precisión fue anunciado por su gobierno como un aspecto estratégico. ¿Cuáles son las principales novedades que contemplan?

Respuesta. Ya estamos muy bien situados en este campo, lo cual es una ventaja. Se han hecho inversiones fuertes, como un secuenciador masivo en el hospital de Salamanca. La medicina personalizada es muy útil en enfermedades como por ejemplo el cáncer, la alergia o la patología cardíaca, ya que permite individualizar tratamientos y evitar efectos secundarios. Lo que queremos hacer es crear núcleos o ‘hubs’ en el territorio, pero aprovechando todo lo que se puede hacer desde la coordinación. El objetivo es dar acceso a todos mediante una buena red de detección de aquellas personas que requieren de tratamientos personalizados, consiguiendo que se mueva mucho la información y poco el paciente.

P. Además de este aspecto, ¿sobre qué otras líneas pivotará el presupuesto de la consejería para 2023?

R. La primera tiene que ver con gastos de personal, cuya inversión sobrepasa ya el 50 por ciento del presupuesto: supone más de 2.400 millones de euros. Queremos que los profesionales, aparte de las subidas marcadas a nivel nacional, sigan disfrutando de la carrera profesional. De hecho, se va a publicar a final de año la carrera profesional del 2022 para el año 2023. Queremos que los profesionales estén lo mejor pagados posible. Una segunda apuesta importante es la salud pública, por lo que hablamos de reformar y crear una nueva Ley de Salud Pública en Castilla y León, más adaptada a estos años. También hablamos de su fortalecimiento: la inversión en salud pública en este presupuesto se ha incrementado en un 24 por ciento. Es un esfuerzo importante, pero hay mucho desfase con respecto a la asistencia, por lo que es necesaria todavía mayor financiación.

Otra parte importante tiene que ver con la investigación. Nos parece un elemento fundamental, no solo en la creación de nuevos medicamentos o dispositivos, sino que también sirve como oportunidad para Castilla y León con su traslación hacia la fabricación de esos productos en el territorio o al desarrollo de patentes que puedan servir de palanca de oportunidad para la comunidad. También hay una apuesta fuerte en el capítulo tecnológico. Hay capítulos dentro de su desarrollo que ascienden al 30 por ciento. Vamos a hacer una apuesta fuerte por tener, de una vez por todas, una historia clínica unificada y porque nuestros profesionales tengan los mejores equipos.

P. Precisamente usted ha insistido en la necesidad de equilibrar el peso de la inversión en salud pública…

Quizá todos hemos dejado la salud pública aparcada y siempre ha sido la pata más débil del sistema, al lado de la asistencia sanitaria. Si la pandemia nos ha enseñado algo es que esto no puede volver a repetirse.

Desde hace tiempo se viene hablamos del concepto ‘One health’, que nos debe de ayudar a su desarrollo. Otro aspecto muy importante es el de las vacunas, también demostrado por la pandemia. Castilla y León siempre ha tenido un calendario muy puntero por el vamos a seguir apostando; tendremos el mejor posible dentro de la evidencia científica. Esta región tiene una situación ventajosa, ya que es la comunidad autónoma que más porcentaje presupuestario dedica a salud pública, casi el 2 por ciento era en 2021 y ahora pasa al 2,30 por ciento, pero tenemos seguir con esta política de incremento de su peso.

P. También señaló en las Cortes su intención de disponer de un Plan de Ordenación de los RR. HH. ¿Qué escenario existe y qué acciones plantean?

R. La falta de médicos y enfermeras, con las previsiones de jubilación para los próximos años que pondrán en jaque a ambas profesiones, es un problema de Estado. A pesar de que se están dando pasos para aumentar el número de profesionales disponibles, no se soluciona el problema en el corto plazo. Empieza a haber una mejora potencialmente a partir de 2027, pero todavía faltan cinco años. En este período será cuando se dé un mayor número de jubilaciones se va a dar en el SNS. Ello pone en jaque el sistema; para Castilla y León, dada su dispersión, su alto grado de cronicidad y de ruralidad, todavía más. Para muestra, un ejemplo: tenemos abiertos todos los días 196 PAC, mientras que comunidades vecinas con la misma población y sin dispersión no llegan a 100. Es decir, a nosotros esta situación nos castiga todavía más duramente que al resto.

Tenemos que orientar nuestra atención sanitaria al paciente crónico dando, dentro de sus competencias, un papel preponderante a la enfermería en su control, colaborando con el médico. Además, es necesario optimizar los cupos no tan óptimos para que los profesionales tengan un mayor número de tarjetas y poder mejorar el sistema. Esto ha de hacerse siempre desde el consenso con los equipos de atención primaria y los representantes de los ciudadanos, los ayuntamientos, que por la dispersión del territorio adquieren un papel importante.

P. En este punto, el SNS enfrenta problemas desde el punto de vista formativo para cubrir plazas de especialista en áreas críticas. ¿Qué situación vive Castilla y León? ¿Qué soluciones podrían acometerse para invertir la tendencia?

R. En el caso concreto de la atención primaria, pero también en el caso de otras especialidades que consideramos deficitarias, hemos puesto toda la carne en el asador: hemos sacado todas las plazas que tenemos acreditadas. De hecho, Castilla y León es la CC. AA. que mayor porcentaje de plazas ha sacado con respecto a lo acreditado, por delante de Extremadura y de Madrid. El problema de nuestra región es que muchas de estas plazas no se cubren. Podemos entender que el medio rural no sea atractivo para las personas que optan a formarse en medicina familiar, lo cual es un problema dada la propia característica de la especialidad; pero tenemos un problema que va a los orígenes del asunto y se llama EvAU única. Tenemos un sistema educativo muy exigente que hace que no sea tan sencillo alcanzar las notas que se necesitan para entrar en medicina y enfermería, tanto más al ser distrito universitario único, con un examen totalmente diferente. Llevamos años reclamándolo, el dato es escalofriante: el 65-70 por ciento de los estudiantes de primer curso de Salamanca son de fuera de Castilla y León, con lo que el arraigo apenas existe.

Si no se forman grados, no habrá posibilidad de que después vayan al MIR. Por tanto, la cobertura de las plazas es un problema que nos lleva a intentar tener programas de fidelización para que los residentes que se forman y el que quiera venir, darle algún plus adicional a nivel formación más allá del salario y del puesto de trabajo. Aun así, nuestra situación no es fácil. No en vano, tras Cataluña y Extremadura, fuimos la tercera comunidad donde más plazas de médico de familia quedaron vacantes, algunas de ellas en sitios pocos sospechosos y atractivos como en la ciudad de Burgos.

P. Un área de gran impacto es la salud mental. ¿Cómo trabaja su departamento en este campo?

R. Una vez que salió que la Estrategia Nacional de Salud Mental, estamos trabajando en una estrategia autonómica, que esperemos que salga pronto, y hemos desarrollado ya la estrategia de suicidio. Este área, el de la salud mental, tiene dos dificultades importantes: una de ellas es la falta de psiquiatras. Para desarrollar la estrategia que ha puesto el ministerio, nos faltan profesionales. Por ejemplo, los psicólogos tienen el hándicap limitante del PIR. Realmente, junto a la cuestión económica, corta bastante la posibilidad de ampliar la red, que además en Castilla y León por la dispersión geográfica, tiene que ser muy extensa en el territorio. Nosotros vamos a trabajar en una estrategia en la que acerquemos más la salud mental al ciudadano, dependiendo de los servicios de psiquiatría. Contamos con una experiencia muy buena llevada a cabo en la provincia de Zamora, con una salud mental comunitaria muy bien desarrollada que queremos ir poco a poco exportando al resto de la comunidad.

“Estamos trabajando en una estrategia en salud mental que saldrá pronto”

P. La necesidad de un mejor acceso a la innovación continúa en el foco de los decisores. ¿Qué le parecen las propuestas trasladadas por Madrid a Sanidad para reformar CIPM?

R. Es un hecho evidente que en España se tarda mucho más que en el resto de Europa en acceder a los medicamentos innovadores. Evidentemente, suscribo lo dicho por la Comunidad de Madrid y es posible que, estratégicamente, tengamos una acción similar a la que tuvimos con el manifiesto por la atención primaria desde Galicia y el País Vasco, y que apoyamos. Creo que es imprescindible que la ciudadanía acceda a tratamientos que, si bien son caros, solucionan problemas con gran eficacia.

El ejemplo lo tenemos con hepatitis C, que ha pasado de ser una enfermedad crónica para prácticamente no existir. No se puede enlentecer el acceso a este tipo de innovación hacia los ciudadanos, porque los estás poniendo en situación de inequidad con respecto a los de otros países europeos. Creo que hoy en día la relación con la innovación de medicamentos no solo está la compra directa, si no que puede haber otro tipo de contratación que puede ayudar a acceder a ella.

P. En el escenario actual, la farmacia comunitaria reclama un mayor protagonismo. ¿Cómo valora el papel que desempeña en su comunidad?

R. Solo hay que ver el papel que ha desempeñado durante la pandemia en Castilla y León, que tiene la segunda red más extensa en el territorio después de Navarra. Tenemos oficinas o botiquines en la práctica totalidad de muchos lugares de la comunidad. Tenemos 2.700 municipios y en todos ellos hay una representación de la farmacia, cuando no, un botiquín. Su papel es muy importante y creo que las oficinas de farmacia de una zona básica deben integrarse y trabajar conjuntamente con el equipo de la atención primaria.

En muchos sitios de la región va a ser el profesional sanitario más cercano que va a tener el ciudadano, con lo cual la importancia que le damos es mucha. De hecho, mantenemos un programa de farmacias de escasa viabilidad en el cual se contribuye y subvenciona parte de la actividad de la farmacia, porque entendemos que en ciertos lugares de la comunidad no es un negocio planteable. Es necesaria una mayor coordinación de la farmacia con el resto de agentes del sistema, están trabajando de espaldas. Pueden ayudar mucho, sobre todo en el medio rural. Si bien no tenemos prevista hacer una legislación específica, sí queremos cambiar algunos decretos para facilitar el funcionamiento de las farmacias en el medio rural de Castilla y León.

P. Castilla y León se ha mostrado partidaria de alcanzar un Pacto por la Sanidad. ¿Cuál es su ‘receta’ para conseguir este ambicioso objetivo?

R. Lo fundamental es sacar la sanidad del diálogo partidista. Todo el sistema sanitario tiene un componente político, pero otra cosa es su gestión diaria, que requiere tomar medidas en las cuales el partidismo es un obstáculo; si no se saca de la gestión sanitaria o no hay manera de tomar ciertas decisiones. Creo que las diferencias son mínimas entre lo que piensan a nivel de gestión sanitaria el Partido Popular y el Partido Socialista y se podrían salvar sin mucha dificultad. El sistema sanitario está en juego, hay que plantearse si tal y como está el SNS, da respuesta a lo que piden los ciudadanos. Es un tema lo suficientemente importante para que todo el mundo dejara a un lado parte de sus planteamientos y se sentará a hacer lo que hizo España hace muchos años, cuando llegó a grandes consensos en muchas materias.

“Hay que plantear si tal y como está el sistema sanitario responde a las necesidades de los ciudadanos”

P. También anunciaron su intención de “redefinir” la estrategia del paciente crónico. ¿Hacia dónde se dirigirá este nuevo enfoque?

R. Tenemos tres objetivos fundamentales. En primer lugar, el papel de las nuevas tecnologías ha de ser cada vez más relevante, pues creemos que muy útil lo relacionado con la telepresencia, algo a tener en cuenta con las distancias que tenemos. Un segundo punto importante es el desarrollo de las competencias de enfermería, sin invadir las de diagnóstico y tratamiento propias del médico, pero sí en el nivel de control y cuidado para evitar descompensaciones. La tercera línea tiene que ver con el autocuidado de los pacientes crónicos, que tiene una enfermedad durante lo que le resta de vida. Con estas tres patas es posible que podamos desarrollar una estrategia que dé resultado, teniendo en cuenta que en la comunidad hay un alto grado de envejecimiento, sobreenvejecimiento y cronicidad.

Mario Ruiz
Mario Ruiz
Redactor de Gaceta Médica
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