El precio de los medicamentos en los Estados Unidos no es un problema nuevo, pero el diálogo nacional en torno a esta materia ha cobrado fuerza después de que el gasto farmacéutico haya sufrido el efecto de incrementos que profesionales, pacientes y políticos consideran no justificados. Convertido en uno de los principales problemas de salud, este debate llega a las elecciones presidenciales con un compromiso compartido de cambiar el modelo. El abanico de propuestas es enorme, todas difíciles y de efectos poco claros.